jueves, 31 de diciembre de 2009

Basura

Hoy es fin de año. El último día del año 2009. Es un día exactamente igual al resto de los 364 días anteriores. Salvo por dos cosas: no trabajo (igual que los domingos y algunos sábados y feriados) y la basura se saca a las 12 del mediodía. Igual que en navidad. Son la una de la tarde.
Me sirvo un jugo de naranja mientras veo el tacho de basura rebosante. En Nochebuena nadie la sacó a las 12. Recuerdo el olor del 25 de diciembre. Tomo un trago de jugo. Pienso que quizás podría terminar el vaso y sacar la basura después. Pero no, tomo un trago solamente. Pienso en llamar a mi padre para ver si ya está llegando. Pero no, lo llamo después. Pienso en buscar las últimas cosas que ya me olvido para ponerlas en la mochila, pero no lo hago. Lo que hago es cerrar la bolsa de la basura y bajar los 37 escalones que me separan de la vereda, abrir la puerta y taparme los ojos con la mano al salir al sol.
En la vereda lo primero que veo es al camión recolector de basura a toda velocidad y a los basureros corriendo detrás, como si fueran cachorros siguiendo a su madre. Uno, pelado, cansado, transpirado y con una sonrisa me extiende su mano. Tiene un guante y todo eso. Sonrío y le doy la bolsa que tengo en mi mano. Perfecta sincronía. El mundo parece conspirar para que todo funcione correctamente. Es la perfección. La perfección que incluye a la basura, basureros y fin de año. La gente en la calle se detiene un segundo para observar esa pequeña porción de perfección, de sincronización. Se detienen como si estuvieran presenciando un milagro. Entonces el camión sigue, yo sonrío. El basurero que va más adelante intenta embocar en el camión una bolsa enorme, azul. El camión justo acelera, o la fuerza aplicada a la bolsa es insuficiente y golpea el borde del camión, abriéndose al medio, llenando de basura la calle, manchando la perfección. Y ahí se va todo al carajo.

martes, 22 de diciembre de 2009

lunes, 14 de diciembre de 2009

La misma piedra

- ¿Como te fue con Carolina?
- Resultó ser una puta. Como todas las mujeres.
- ¿Pero eso lo sabías antes, no?
- ¿Saber qué?
- Sabías que era una mujer.
Como todas las anteriores.
- Si, tenés razón. Igual lo intenté.
Supongo que es esa nuestra condena, nuestro primer castigo.
Podemos hacer todo lo que queremos hacer.
Pero al final son ellas las que deciden.
Que ropa vamos a usar.
A donde vamos a ir.
Hacia donde mirar.
Que tomar.
Que no hacer.
A fin de cuentas sólo somos verdaderamente libres cuando nos abandonan, cuando estamos sólos y locos.
- Si, es verdad.
Y ahi es cuando buscamos otra mujer.

martes, 8 de diciembre de 2009

domingo, 6 de diciembre de 2009

Sobre mi buena suerte II

La buena suerte no es tan buena como se puede llegar a creer. Un golpe de suerte es algo positivo. Pero la buena suerte permanente es casi como una condena. Es algo que lo tapa todo, lo cubre todo y no deja ver nada más que eso. Y el problema es que no se puede controlar o predecir cuando termina. Y ahí si que te quedás sin nada. Pero sin nada de nada.
Supongamos que tengo buena suerte. Entonces no tengo nada más. No necesito nada más. Si tengo suerte con las mujeres no sé si de verdad le gusto a alguna. Si me va bien el la facultad no sé si es porque tengo conocimientos suficientes sobre el tema o si es por que se una sola cosa que me preguntaron de casualidad (o de pura suerte, mejor dicho) lo sabía. Si le gano un partido al Playstation al Negro me dice “Fue suerte, ese gol fue de suerte”. Y no sé si es verdad. En conclusión: tener buena suerte me hace dudar de mis capacidades y habilidades. ¿Soy bueno en algo o sólo tengo suerte?
Entonces la buena suerte sirve cuando se presenta como algo extraordinario, un golpe de suerte, un beso de la diosa fortuna. Como rutina, como forma de vida, la buena suerte es casi una maldición que se parece demasiado a la mala suerte, un telón que tapa todo lo que somos, que nunca deja ver que es lo que pasa en el escenario. Algo que puede desaparecer y dejarnos sin nada. Por que no sabemos bien si ese escenario existe.
Yo tengo suerte. Del tipo que parece una maldición. Pero hay algo que me da cierta ventaja. Sé que esto es así. Me di cuenta de eso y tengo una estrategia para cuando la buena suerte decida abandonarme. Y lo que hago es esforzarme más. Escribir, estudiar mucho aunque me tomen en el examen una sola pregunta que ya sabía de antemano. Leer aunque no lo necesite, todo lo que pasa por mis manos, tratar de conquistar mujeres imposibles, aprender de todo y de todos, trabajar. Intento reunir todas las habilidades posibles para el día en que la suerte me abandone estar preparado. Mientras tanto, no se si por que sí o por todas estas cosas que hago, la suerte está conmigo. Para bien o para mal.

lunes, 30 de noviembre de 2009

A favor del campo II: Manu Chao en All Boys

-Con ese agujero en el pantalón y tomando cerveza del pico parecés un hooligan – Me dijo Cartucho mientras viajábamos en el auto del Pity al estadio de All Boys a ver a Manu Chao por segunda vez en el año.

Había llovido todo el día, pero la luna asomaba entre las nubes e iluminaba el estadio. Los policías vigilaban el transito y las botellas. Los vendedores vendían (panchos, cocas, cervezas, maní, sanguchaos y.... brownies) Y todos avanzaban lentamente hacia la puerta. No tan lentamente, pero era muuuuuuy larga la cola. Demasiado. Cuando íbamos por la mitad empezaron a sonar los primeros acordes de la Radio Bemba. De alguna manera sabíamos que todavía había mucho tiempo para disfrutar la noche. Nada de corridas.

Y arriba la luna oeeeeaaaa



Entramos al estadio al lado del escenario, un pogo tranquilo se mezclaba con los bailes de la platea y el humo que subía hasta casi tapar la luna. Arriba del escenario ni luces de colores, ni decorados extraños, no esas cosas. Sólo músicos y música. Abajo bailes, gente (mucha) y barro. Mucho barro, pero a nadie parecía importarle. Todos saltando y cantando en el barro como si fuese Woodstock. O como si tuviésemos siete años.

Arriba no hay barro, pero igual se divertían. Y no paraban, ni un minuto. Se fuerza la maquina, de noche y de día. Un reggae dejaba paso a un pogo salvaje, a Mano Negra, a Tonino Carotone, a otro reggae, a una canción tradicional mexicana, a la vaca loca, a Tijuana, a me gustas tú, a otro reggae y vuelta a empezar. Una y otra vez. Y después, Mala Vida. Ahí saltamos hasta llegar adelante. Como un hooligan abrí el camino. Y ahí de nuevo: Garbancito, me ato los cordones llenos de barro y me queda la Mano Negra, Fermín Muguruza, los locos del Borda y otro reggae. Todo sin parar. Casi sin respiro. Se van cien veces y vuelven otras cien, otras quinientas. Las luces se prenden, los músicos se van, pero vuelven. A Floresta. A cantar y a saltar. Ellos no dan más y nosotros tampoco. Pero seguimos. Y cuando todo termina nadie se va. Estamos locos y Manu lo sabe y nos lo dice. Y seguimos cantando y ellos tienen que salir y seguir. Se va el baterista y seguimos. Con las luces prendidas, el barro, la luna. El tecladista se quiere ir, pero seguimos casi como un desafío. Manu pregunta: ¿Quieren más? Y si.

Verlo en el escenario, con esos collares, la camisa abierta, la banda es casi como ver a Bob Marley. Para los que nunca lo vimos a Bob, supongo. Es la resistencia musical, la rebelión internacional, la lucha desde el margen de la ley. Bob simulaba ser atravesado por balas cuando tocaba. Manu también lo hace. Pero el también contraataca, con música, con su postura, con rebelión, con la insurrección. Pero sobre todo con la música. Y en la guitarra empieza a sonar “Machine Gun”.

Es lunes. Ayer, domingo, tocó Manu Chao en All Boys. La única persona que le hubiese gustado ir a ver a Bob Marley (y no sólo comprar una remera) no fue. Si estoy hablando de mi abogado. Pero la vida, como el fútbol y la Playstation, da revancha.

Es lunes. Dormí cuatro horas. Estoy trabajando. Estoy cansado. Me llega un mensaje de

Cartucho. Dice: “boy oooo! ....boy oy oy oy oooo!!"

Y la fiesta sigue.

martes, 24 de noviembre de 2009

Sobre mi buena suerte I

Samy me regaló un chocolate. Esos del papel violeta, que ahora traen mensajes escritos. Me dijo: “no te regalo uno que diga Suerte porque eso a vos te sobra”. Y creo que de alguna manera tiene razón. Me considero alguien con suerte. No sé si esto fue durante todo el transcurso de mi vida, pero desde que recuerdo, tengo suerte.
El chocolate que me dio decía “Te quiero”.

Existe una teoría bastante extraña en la física cuántica. Vi que la mencionaban en una serie, después en otro lado y así, las casualidades o que se yo me llevó a querer averiguar más (mi ignorancia esconde un gran potencial). Yo no soy un perito en la materia, pero es más o menos así. Se llama teoría del suicidio cuántico, es un desprendimiento del experimento del gato de Schrödinger. Esta teoría supone que existe universos paralelos al nuestro en la que varían pequeñas cosas. Miles, infinitos universos en los que algo pasó de manera diferente. Y esos universos se crean a medida que pasan cosas. La teoría del suicidio cuántico supone un hombre que tiene una pistola en la mano. Esa pistola tiene un 50% de probabilidades de dispararse. Cada vez que el hombre intenta suicidarse, aprieta el gatillo y se crean dos universos. En uno él vive y en el otro muere. Esta teoría esconde una paradoja: existe un universo donde esa persona nunca muere. A eso se lo llama inmortalidad cuántica.

No todo depende de nosotros. Algunas cosas escapan. Dependen de Dios, del destino, del viento, de la suerte. No lo controlamos. Y esa incertidumbre es algo con lo que convivimos día a día. La moneda cae de un lado o del otro. Siempre son dos opciones. La tostada cae del lado del dulce o del otro. La pelota entra o se va afuera, el colectivo viene o no viene. Llueve o sale el sol. Te dicen que si o te dicen que no. Lo encontrás o lo perdés. Local, empate o visitante (eso son tres, pero en el fondo, como en el PRODE, siempre hay dos: ganar o perder). Y ahí es cuando tener suerte hace la diferencia.

No me parece muy extraña la idea de universos paralelos. No se bien por qué. Supongo que tiene que ver con que todos de alguna manera fantaseamos con otras vidas que nunca vamos a tener. Y también pensamos muchas veces (quizás demasiadas, si no tenemos suerte) que hubiese pasado si tomábamos una decisión diferente. Muchas más pensamos si otra persona tomaba otra decisión. Si tus padres decidían no tener hijos, si tu novia se casaba con vos, si de verdad te dedicabas al fútbol, si la medicina fuese nuestra vocación… que se yo. Todos esos mundos están en algún lado, son miles de universos paralelos donde tal vez yo no exista o quizás alguien muy parecido a mi, con mi mismo nombre juegue de nueve en Boca o sea un padre feliz.

Puedo decir que la vida me sonríe, que soy afortunado, que una buena estrella guía mi vida. En concreto: que tengo suerte. Los colectivos pasan cuando los necesito, encuentro plata tirada en la calle, gano cuando juego a algo, consigo almuerzos gratis, tengo gente que me quiere, tengo buenos amigos. La gente cree lo que digo. Leen lo que escribo. Estoy contento. Tengo suerte.

Creo que hay infinitos universos paralelos. Cada momento decisivo genera dos universos nuevos. Sé que hay un universo en el que soy jugador de fútbol, se que hay uno en el que mi novia no me dejó, hay otro en el que ya me recibí y hay miles de universos más. Pero el mío, el único que conozco, tiene una particularidad que lo hace similar a la paradoja de la inmortalidad cuántica. En este universo yo tengo buena suerte. Se que puede terminar. Se que hay miles de universos donde yo tengo mala suerte. Pero en este, en este no sé por qué, si es para bien o para mal, lo único que tengo es buena suerte.

domingo, 8 de noviembre de 2009

¿Have you met me?


Sé que es medio paranoico pensar que mi vida es un programa de Tv para un “exterior” que es algo asi como “la” realidad. Que todo lo que conozco es un decorado donde transitan actores bien pagos. Pero ya casi nunca pienso esto. A veces pienso que mi vida es un poco parecida a un show de televisión, y creo que estoy hablando de How I met your mother. Y de mi vida, por supuesto.
La historia empieza cuando el protagonista (supongo en un comienzo que vendría a ser yo) se entera que su amigo que estudia Leyes (mi Abogado) se está por casar con su novia de toda la vida (K). Y la serie es la historia de una búsqueda, la búsqueda que hace toda persona al llegar a un punto de su vida. Que es nada más y nada menos que la búsqueda de la persona con la que te vas a casar y tener hijos y todo eso. Quizás esto es la descripción de mi vida actual. Además se juntan a tomar en bares (no en un café, aburridos like Friends), inventan teorías sobre sus vidas, tienen extrañas tradiciones propias y celebran festividades que no existen. Muy parecido a mi vida actual. Tan parecido que asusta un poco. Sobre todo si sos un poco paranoico.
Hasta acá todo bien, pero hay un problema. El problema se llama Barney, que es el cuarto personaje de esta historia. Es un soltero que sólo busca salir todo el tiempo con cualquier mujer que se le cruce. Nunca se enamora, tiene un humor muy irónico (quizás demasiado) y en realidad todo eso es sólo para esconder que está enamorado de… bueno, no importa. Pero se habrán dado cuenta del problema. ¿Quién soy en esta historia? La primera vez que vi la serie dije: eso está muy claro, es mi vida, yo soy Ted (por eso lo de ¿Have you met Ted?) Pero entonces apareció Barney con su ironía, sus teorías sobre todo y sobre todos* y todo lo demás y me surgió la duda. ¿Quien soy? ¿De donde vengo? ¿A dónde voy?.
Esta como si mi personalidad se dividiera en dos, como si sobre mi hombro derecho se sentara Ted y sobre el izquierdo Barney. Demasiado parecido a la realidad para ser verdad. Entonces me di cuanta que esta serie tenia un mensaje oculto, pero un mensaje sólo para mi, que yo sólo voy a poder entender.
Creo que me voy a comprar un traje.


*Barney tiene varias teorías: el amor resuelve los conflictos del mundo, el “efecto porrista”, la “lemon law”, etc. En este blog hay teorías sobre el amor, la estupidez, sobre la mala memoria, sobre historias que me encuentran, sobre los domingos, sobre la mala memoria y un largo etcétera. Barney también inventó el dia del No-Padre. Nosotros tenemos el “Dia Internacional del Bardeo” que se celebra todos los 23 de diciembre (algún día tengo que escribir esa historia). En realidad lo de “internacional” lo pusimos sólo para bardear…

martes, 3 de noviembre de 2009

Desconciertos, no por favor

Hoy me enteré que vuelve Manu y me acordé, de tan buena memoria, de la remera de Marcos. Se me generó la idea que esa remera iba a estar frente a Manu en All Boys. Me imaginé la situación: Marcos y Matías saltando en medio del pogo y cantando “Yo vengo del Hoyoyoo”. Pero quién sabe. Estaba imaginando demasiado porque ni siquiera sabía si iban a volver a ver a Manu. De todos modos, a mi qué carajo me importa. Ahora mismo estoy feliz por la noticia y habrá que juntar la plata rápido para evitar que se vendan todas y me quede sin ninguna.
Viste esos momentos en que vas feliz por la vida –va, en realidad por la calle- pensando que ya la tenés y te imaginas saltando y bailando sin parar, moviendo el culo junto a tus amigos y con Manu Chao. Viste que la gente te mira como desconcertada y pensando -creo que piensan eso- que boluda esta mina que se ríe sola, o porque no “el que se ríe solo de sus picardías se acuerda”. Todo eso. Uno nunca piensa que la gente se contagia con tu risa. O sí, pero siempre salta la vergüenza primero. Ahí, justo ahí cuando miramos la cara de una persona que nos estaba observando y rápidamente bajamos la mirada y no sé por qué nos sonrojamos como si tuviéramos 8 años y nos estarían cantando nuestros compañeros de clase “se corre la bolilla se corre el bolillón…”. Pero seguís feliz porque te vas a comprar la entrada y entrás feliz y pedís sonriente “una entrada para Manu”. Y el tipo, que felicidad que le da al tipo cuando te dice “No quedan más” y ve que tu sonrisa se desdibuja de un plumazo. Tremendo. Sí tremendo desconsuelo te agarra cuando ves que la guita que habías juntado ya no tiene el destino pensado y entonces, por consuelo atinás a preguntar “No hay otra…” Y ahí el muy hijo de puta te corta como si además de adueñarse de tu felicidad se quiera adueñar de tus palabras y te dice “No hay otra fecha, es esa sola”. Listo. Chau felicidad. Te cagó el día y todos los días hasta después de esa fecha. Una bronca. Y te vas cabizbajo puteando en voz baja, y la gente esta vez también te mira pero ahora pensando que sos una pobre mina que no tiene otra cosa que hacer que putear a todos los hijos de puta que fueron antes que vos a sacar la entrada y de paso putear a tu jefe que no te dio el adelanto, a tu vieja que no te puede prestar plata y a todos los políticos y al sistema, por qué no.
Bueno, como no tengo la platita tendré que inventar los medios para conseguirla y poder evitar esa infelicidad que no tengo ganas de sentir nuevamente, porque ahora, si ahora, estoy feliz. Y no quiero que nada lo arruine. No quiero ningún desconcierto, nada de Lucas acá.

martes, 27 de octubre de 2009

Detrás de la casualidad

Un fantasma recorre mi vida. Lo vi por primera vez en una foto, en un libro que me compré una vez. Más tarde, esa semana estaba en otra foto en una pagina de internet. Parecía viva. La última vez en una película alemana. Debe significar algo todo esto –pensé- tengo que hacer algo con esto.

El otro día Sofía sugirió que no es así. No hay casualidades tan grandes. Yo creo que si. Ella decía que todo está ahí, solo que le prestamos más atención a algunas cosas que a otras depende el momento y la predisposición a percibir esas cosas. Como cuando tu novia puede estar embarazada y por todos lados ves bebés y mujeres embarazadas. Si, eso pasa. Pero a veces también lo otro. Y ese fantasma que me persigue es real. Depende de lo que haga con él, también se puede transformar en algo más real todavía.

Estaba pensando en diseñar algo. Un disco. Y remeras. Entonces mirando fotos de los Clash en un libro vi una remera antigua. Setentosa. Del Spirito del 77. La tenia puesta Strummer, creo. Tenía una calavera, unas letras chinas (o japonesas) y el nombre de la banda. Pensé en reproducir ese diseño. Pero al rato me olvidé. O hice otras cosas. No me acuerdo. Días después me puse a buscar información sobre Spanish Bombs (después de leer una nota de este blog), una banda tributo a los Clash. En la foto de un artículo sobre ellos estaba la misma remera. De nuevo.
Anoche vi una película alemana. Die Welle. O La Ola. En ella un profesor medio punk tenía una remera. Si, esa remera. No era casualidad. No era que ahora estaba prestando atención. Era algo más que eso. Algo que algunos llaman destino, designio de dios, caminos de la vida y yo no se bien como llamarlo y mucho menos sé como explicarlo.

Toda esta discusión empezó por Carl Jung. Sofía estaba diciendo todo esto sobre prestar atención, las casualidades, embarazadas, noches de luna llena y todo eso. Que creo que pueden funcionar, si. Pero hay algo más, algo que no se puede explicar y va mucho más lejos que esto. Más lejos de lo que podemos explicar.
Y después de mencionar a Carl Jung (creo que el comentario tenia que ver con que él había relacionado la psicología occidental con la filosofía oriental o algo así), como para probar mi teoría y refutar (o no) la de Sofía, catarata de Carl Jung. Primero en un episodio aislado de Bored To Death, una serie medio mala (pero que dura poco), en el mismo episodio que Jim Jarmusch hace de sí mismo. Después en una novela que estaba leyendo. En realidad la empecé a leer antes de hablar con Sofía, pero desde esa charla el libro no deja de mencionarlo. Antes de esto ni una palabra sobre él. Pero después de esa charla no lo deja de mencionar, que Carl Jung esto, que Carl Jung lo otro. Se transformó en una especie de hilo conductor y paraguas explicativo de la novela. Carl Jung. El que no fue mencionado en la primera parte del libro.(Ah, la novela es Diario de Chuck Palahniuk).

De la novela “Diario” saqué un test psicológico (creo que lo había inventado Carl Jung) que es un éxito entre mis compañeras de trabajo. No lo veo como casualidad. Un verdadero éxito.

Hay cosas que si tienen que ver con prestar atención y no lo niego. Encontrar un libro de Carl Jung en el Parque Rivadavia después de pensar todo esto no llega a ser ni una casualidad. Ver un cartel que anuncia un seminario sobre la psicología y Carl Jung en un poste en la avenida Corrientes puede llegar a ser una casualidad guiada por que Carl Jung se transformó en algo a lo que le estoy prestando atención estos días. Pero se que hay algo más.

¿Destino? ¿Casualidad? ¿O hay algo más? Un plan oculto que guía nuestras acciones, encuentros, desencuentros, amores, odios y suerte. Supongo que si me dan a elegir, me quedo con las dos.

martes, 20 de octubre de 2009

Negro Paisaje

Los putos ecologistas se equivocan. Los
que lavan pingüinos se equivocan. Los que
reciclan se equivocan. Los “salvemos a las
ballenas” se equivocan. El mundo va hacia
la destrucción y eso está bien.
¿Fue nuestra elección? No importa. Porque la
aceptamos cada día. Con resignación o
con violencia todos estamos de acuerdo.
Todos los paisajes están contaminados y
el mundo se puede ir a la mierda
con todos nosotros dentro.
Y entonces veo brillar el sol, las latas
de cerveza brillan entre los adoquines y
mi vaso de cerveza de plástico está frío
ahora (será basura por mil años). Y veo
esas calzas negras y esos anteojos
y pienso. La naturaleza es sabia.
El hombre destruye valles y montañas
pero el paisaje no cambia. Entre las basura
está ella. Los putos ecologistas se equivocan.
Hay mejores paisajes que proteger.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Pocas Pulgas

El sábado pasado Argentina le ganó a Perú dos a uno. Eso no es noticia. O si. A los 90 minutos de partido Perú empató, bajo una lluvia torrencial, dejando a el equipo de Maradona virtualmente fuera del mundial de Sudáfrica 2010. Pero eso no pasó. O todavía no, por lo menos. Y esto sólo por un jugador: Martín Palermo. En realidad todos ya sabíamos que Palermo iba a hacer un gol en el último minuto. Lo que casi nadie sabía es por qué.

¿Por qué Palermo es el único que nos podía salvar ese día? Por que estar en esa cancha con esa camiseta en esa situación, bajo la lluvia, no es una posición cómoda para estar. Dicen que todos quieren ponerse la casaca de la selección, pero a veces eso no es tan así.

El arquero, Romero, estoy casi seguro que prefería estar en la cama haciendo cucharita con su esposa. Jonás Gutierrez extraña sus victorias con el Newcastle, contra débiles equipos de la “B” inglesa. Heinze supongo que quería estar en las costas de Florida tomando algún cóctel rodeado de jubilados con plata. Emiliano Insúa creo que tenía ganas de estar en su casa jugando a la Playstation (tiene veinte años, por el amor de dios...!) Mascherano debe querer volver al día en que Maradona dijo “la selección es Mascherano más diez” o mejor dicho, a cualquier día antes de eso. Di María sólo quería estar bajo techo. No le gustan los días de lluvia. Insúa quería estar en el partido contra Ghana, ahí si que se lucía. Higuaín sólo le importaba estar en algún boliche de Madrid encarando minitas con Cristiano Ronaldo. Aimar se preguntaba que carajo hacía ahí, pensando en que nunca iba poder reemplazar a Riquelme. Schiavi puede ser que tuviese ganas de estar en la cancha, pero Sandra Bullock sigue estando bastante buena...

Y Messi se preguntaba donde diablos estaban Xavi, Iniesta, Henry e Ibrahimovic (incluso extrañaba un poco a Puyol), mientras un plateísta le gritaba “no podés correr, tenés los bolsillos llenos de Euros”.

Y Palermo. Acababa de entrar a la cancha, llovía, todos esperaban todo de él. Le rompieron el tabique, la nariz le sangraba. Le dolía. Sabía que era la última esperanza del equipo. Y sin embargo era el único jugador de Argentina que de verdad quería estar ahí. Y ahí, justo ahí estuvo para gritar otra vez gol.

sábado, 10 de octubre de 2009

lunes, 5 de octubre de 2009

Alguien

Siempre fui un hombre paciente. Incluso con
los pacientes de la clínica, con los que
no saben lo que quieren y con los que saben
lo que quieren y por más que lo intenten no lo van
a conseguir.
Yo soy de los que se sientan en la puerta
de su casa en verano. Con cervezas, vasos,
papas fritas y esas cosas. Me siento por que
me gusta. Y para ver pasar el cadáver
de mi enemigo. A veces no se da cuenta que
es un cadáver. Pero lo es.
A veces incluso lo saludo. Sólo para ver su reacción.
Tengo muchos enemigos. La mayoría no me conoce.
Pero yo soy paciente. Estoy esperando. Acechando.
Un error, un desliz. Una mentira
evidente. Cualquier cosa sirve.
Lo demás es la recompensa de los
que esperan. Por que yo no espero porque si.
Yo espero porque hay algo que esperar.
En la mayoría de los casos ese
algo es alguien. Y casi siempre vos.

martes, 29 de septiembre de 2009

Las enseñanzas de Castaneda II

"Dios es pu*a propaganda" LPR


En un intento por que nadie sepa bien quien soy ni lo que hago cree algo que nadie sabe bien que es ni de donde viene. Estoy hablando de Ranchapart, o
Ranchapart Inc.


Ahora que lo pienso Ranchapart es todo. Todo lo que pienses que puede ser. Lo único seguro es que su origen tiene que ver con la mítica banda punk Rancho Aparte. Y nada más que eso. Pero Ranchapart creció y se transformó en un movimiento que abarca todo y nada a la vez.

Ranchapart Inc. puede considerarse como un colectivo integrado por una cantidad no especificada de personas que se dedican a los más variados rubros: música, pintura, escritura, cine, fotografía, diseño, reparación de aire acondicionado, filosofía, literatura, boxeo, abogacía, cocina, periodismo y sobre todas las cosas la mentira organizada. Pero mentiras de verdad.
Nadie está muy seguro que este grupo exista. O que hagan todo lo que dicen hacer. O que hagan aunque sea una sola cosa. Ni siquiera sus miembros. Si es que tiene miembros. Por que en estos casos no se entregan credenciales ni diplomas que aseguran su pertenencia. La base filosófica libertaria provoca una incertidumbre que no puede ser aclarada por nadie. Algunos integrantes de Ranchapart ni siquiera saben que forman parte. Otros ni siquiera lo oyeron nombrar.
Ranchapart no apoya seriamente ninguna causa que no esté ya perdida (sobre todo del amor), no tiene sede permanente, no cede, ni tiene estatutos. Nadie avisa cuando son las reuniones, ni donde (por lo general son en un bar al azar), ni para que. En dichas reuniones se bebe hasta lograr una amnesia parcial que impide recordar que temas se trataron y cuales fueron las conclusiones y decisiones tomadas (justamente).
Otros dicen que Ranchapart es sólo una persona. De carne y hueso. Y otros dicen que es un demonio autoconvocado.
En realidad nadie se detiene a pensar mucho en esto. Porque como dice el manifiesto jamás escrito de la agrupación “Ranchapart tiene un pasado oscuro, un futuro incierto y el presente, el presente es mentira”.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Abrir Aquí

Fue un experimento sociológico escalofriante. Por eso nunca salió a la luz. Hasta ahora. No fue escalofriante el estudio en sí, sino el objetivo y sus resultados. Sobre todo sus resultados.
Para realizarlo se hicieron hace ya muchos años acuerdos secretos con ciertas empresas que aceptaron colaborar sin saber bien en que consistía todo. Pero aceptaron. En cada envase de leche, vino, salsa de tomate, yogurt o jugo o lo que sea iban a colocar la leyenda “Abrir Aquí”. Tanto en los sachets como en los tetrabriks. Sólo eso.
Se creó una división especial para controlar los resultados, disfrazada como una especie de empresa ecológica de reciclaje de basura. Ellos separaban cuidadosamente todos los sachets y envases de tetrabrik, incluso los sobres de jugo en polvo. Todo esto se enviaba a un edificio cuya ubicación sigue siendo un misterio, algunos dicen que está en Mataderos, pero a ciencia cierta nadie lo sabe. En este lugar se llevaba a cabo el estudio.
Cada envase tiene la leyenda “abrir aquí” acompañado de una línea de puntos impresa. A veces lo acompaña el dibujo de una tijera. Ahora, esa línea no es el mejor corte posible para abrir el envase. Nunca. O es demasiado grande o demasiado pequeño. No sirve ni como guía. Otro dato: el envase es perfectamente simétrico (si no fuera por las condiciones de higiene generales, se podría abrir desde abajo tranquilamente).
El estudio no tiene por objeto generar cambios, si no comprobarlos. Se evalúa el grado de domesticación de la población, que tanto obedecen. ¿Cuántas personas obedecían lo que dice un sachet de leche? Sabiendo esto fácilmente se podía calcular cuanta gente estaba dispuesta a obedecer a un televisor, a un cartel, a un anuncio de radio… Es el nivel básico: “abra aquí”. Sin más explicaciones. Llame ya, compre, Vote a, Compre, Bebe, Disfrute, Fume, Vea, escuche, Compre, venga, llame, compre, lea, aproveche, gaste…
Los resultados del estudio son escalofriantes. No tanto por lo que se quería medir si no por los resultados. Cada día son analizados miles de envases sólo en esta ciudad. “Abrir Aquí” se lleva todos los premios. Incluso en los envases de salsa de tomate, en los jugos en polvo dietéticos y vinos en cajita abiertos con los dientes. Pero esta investigación existe sólo por que existe la otra esquina, el miedo que esta posibilidad provoca, la tijera y alguien que piensa un segundo antes de abrir ese envase de leche.

martes, 1 de septiembre de 2009

Las enseñanzas de Castaneda I

“Cuanto menos sepan de mi hoy,
menos podrán prejuzgarme mañana”
Pez, No mi corazón coraza

Alguna vez dije (o pensé) que uno de mis objetivos era que nadie sepa si estoy borracho o normal, que esa línea desaparezca y que el que decida eso sea la persona que tengo enfrente. Pero eso es sólo una parte. El resto tiene que ver con Castaneda. O con Don Juan. La idea de crear una niebla alrededor de mi vida hasta que nada pueda darse por hecho.

Esto se puede lograr de varias formas. La más fácil es no decirle a nadie lo que hacés. Nada. Pero no puedo quedarme callado, dejar de expresarme de una forma u otra. Entonces hago todo lo contrario. Hablo de más. Invento mi pasado y mi futuro a cada instante. Invento teorías en las que no creo y las utilizo para que guíen mi vida, escribo, miento descaradamente para que alguien encuentre la verdad en todo esto. Miento tanto que a veces se transforma en realidad. O no, pero de tanto repetirla ya lo es. Es como partir del hecho que soy tímido y decir que no. Y hacer cosas para que crean que no lo soy, que me quedo sin palabras delante de una mujer. Por eso digo los peores piropos a todas. Para que no se den cuenta de que no puedo hablarles. Y el resultado es: confuso. Lo que intento es que no me consideren algo estable, en el sentido científico del término. Que nadie pueda decir “sabía que ibas a decir eso”. Y eso es muy complicado. Por que la irracionalidad permanente tampoco sirve, te hace previsible. Hay que estar más allá. Mucho más allá.

Lo mejor de todo es cuando digo la verdad. Chesterton decía que la mejor manera de que no te persigan por ser anarquista era ir diciendo “Soy anarquista”. Nadie te toma en serio. Algo parecido pasa cuando digo la verdad. No es que nadie me cree. Pero dudan. Dudan, igual que cuando digo cualquier otra cosa. Que conozco una odalisca, que no tengo televisor, que soy corredor de motos, que no tengo novia, que viví muchos años sin electricidad y demás mentiras. Y yo estoy empezando a dudar, a veces.

Ser un desconocido, “un famoso que nadie conoce”, o que nadie sepa muy bien quien sos te da una libertad difícil de encontrar en otras cosas. Yo en lugar de borrar mi vida personal le agrego tantas cosas que no es posible saber muy bien donde quedó. Para transformarme en nada hay que ser todo. Infinitas posibilidades, pura potencialidad, todo incertidumbre. (Como el cartel que dice “Todos tienen prioridad”).

Pero como todo plan perfecto tiene una falla. Debería alejarme de los que me conocen, pero no creo que pueda hacer todo esto sólo. Necesito al menos a mi Abogado. El otro problema es que si el objetivo es que nadie sepa quien soy ni que hago ese nadie me incluye.

Nadie sabe quien soy, ni que hago. Que es mentira, que es verdad. Ni siquiera yo.


lunes, 24 de agosto de 2009

Discória; Fito & los Fitipaldis


Artista: Fito & los Fitipaldis
Disco: Lo más lejos, a tu lado (2003)
Temas: Al final del post

Por fin lo logré, por fin llegué a ser lo que quería ser. Mis compañeros, esos que deberían haber triunfado son ahora el ojo que mira. Ahora ellos son el payaso, el feo, el perdedor, el soldadito marinero enamorado. Los que se reían cuando me escuchaban decir "Quiero ser una estrella" y me veían empezar la casa por el tejado ahora no tienen nada que decir. Mi éxito es para sus fracasos un buen castigo. Para los que me decían que siempre estoy soñando, que le parecen ahora sus vidas grises? Ustedes que de verdad intentaron llegar a ser algo.
Pero después de todo el éxito no es lo que esperaba. Acá no hay nada ni nadie. Sólo yo. Nadie en quien confiar. Y sigo extrañando las nubes de tu pelo, sigo escuchando el sonido de mi corazón oxidado. Y mientras veo que entran los primero rayos del sol a mi departamento iluminando las botellas vacías de whisky barato imagino que volvés como un ángel celeste del pasado a decirme suave al oído: vamonó...



Temas:
1. "La Casa Por El Tejado" 2. "Un Buen Castigo"3. "Feo"4. "El Ojo Que Me Mira" 5. "Soldadito Marinero" 6. "Corazón Oxidado" 7. "Quiero Ser Una Estrella"8. "Nada Que Decir 9. "Vamonó"10. "Las Nubes De Tu Pelo"11. "Whisky Barato" 12. "Siempre Estoy Soñando"

Idea Original: Tyler Durden de Proyecto FIUBA

¿Qué es una discória?

domingo, 23 de agosto de 2009

jueves, 13 de agosto de 2009

Discória: Joaquin Sabina


Artista: Joaquín Sabina
Disco: Esa boca es mía (1994)
Temas: Al final del post

Para Samy

Incluso en estos tiempos que no me falta amor se me hace difícil olvidar cosas sobre vos, cómo te conocí, de tus besos con sal, de la noche en que recorrí tu cuerpo, como un explorador, por primera vez, de cuando podía decir esta boca es mía y seguirte por el bulevar de los sueños rotos hasta que amanezca. Pero no todo es color de rosa. Algo me hace ruido cuando te recuerdo, no por que seas de esas mujeres fatal, si no por lo que pasó entre nosotros. Algo sobre esos últimos siete crisantemos que te regalé, de la pelea que no entendí y después… romper todo hasta tirar la casa por la ventana, y ponerme a escribir todo el día: cuentos, libros, poemas, canciones... llegué a escribir el Blues de lo que pasa en mi escalera.
Pero si me acuerdo es por que quizás, a pesar de todo, a pesar de más de cien mentiras que te dije, me gustaría estar esta noche contigo, porque la verdad tengo muchas ganas de…



Temas: 1) Esta noche contigo 2) Por el bulevar de los sueños rotos 3) Incluso en estos tiempos 4) Siete crisantemos 5) Besos con sal 6) Ruido 7) El blues de lo que pasa en mi escalera 8) Como un explorador 9) Mujeres fatal 10) Ganas de… 11) La casa por la ventana 12) Más de cien mentiras 13) Esta boca es mia

Idea Original: Tyler Durden de Proyecto FIUBA

¿Qué es una discória?

sábado, 8 de agosto de 2009

Hasta mañana

es tan temprano
y ya te fuiste
sólo pude verte un rato
muy poco
me hiciste sentir bien
hasta que te vi ir
poco a poco
fui sintiendo el frío
te seguí
hasta que era inútil
ellos son más fuertes que yo
siempre lo fueron
pero vos corrés tras ellos
todos los días
y yo vuelvo a buscarte
para verte un rato
que cada vez
es menos
a veces me pregunto
hasta dónde tendré que ir
para verte mañana
y siempre es más lejos
y siempre es más corto
es triste
ver esconderte
tras esos monstruos egoístas.
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