jueves, 28 de agosto de 2008

Duda

"A veces no sé si inventé una buena frase o si me estoy citando a mi mismo"

Horizonte sin destino

Tu sonrisa no parece ser la mía. Tu destino de puertito no espera a ningún barquito. Imposible navegar en tu mar de oscura soledad.

Cuando el viento esté soplando hacia un punto cardinal, yo desplegare mis velas y corriente en contra te intentaré atrapar.

Fue lindo intento, la corriente se detuvo, el viento escapó y lo último que queda es naufragar, dejar al destino y a la soledad en una suerte de amistad.

Pekeño


martes, 19 de agosto de 2008

viernes, 15 de agosto de 2008

Escritores que no


La paranoia era tan grande que sólo la habitación oscura, mis tripas y un poco de vino me podían acompañar. Y solo, en ese momento volví a estar en paz, absolutamente loco, enfermo a causa de mis pensamientos.

Seba

martes, 12 de agosto de 2008

Y qué?

Muchas veces se me hace más fácil reír por miedo a llorar.
Suelo vivir saltando, por miedo a detenerme a pensar.
Sólo puedo pensar en hoy, ya no sé lo que vendrá.
Nunca quise abrir los ojos por miedo a dejar de soñar.
Siempre tendí la mano, para que me pases a buscar.
Elijo el vaso medio vacío para volverlo a llenar.
Intenté dejar de fumar, no pude en soledad.
Quiero detener mi locura, sentarme con ella a charlar.
Amo romper las reglas, el impulso es mi condición.
Si supiera qué estoy buscando, se acabaría la diversión.
Me gusta pensar por las noches “soy así, tu perdición”.

lunes, 11 de agosto de 2008

Nadie más que yo


Voy a comprar en un supermercado chino sin mirar nunca la fecha de vencimiento.

Voy a mirar fútbol por televisión.

Voy a seguir cortándome el pelo sólo, igual creo que cada vez me queda mejor (algo debo haber aprendido)

Voy a dejar de dormir la siesta y dejar la cama sin hacer.

Voy a volver a escuchar la música que siempre me gustó. Aunque sea La Polla Records a las 7 de la mañana en el colectivo 113.

Voy a salir a dar vueltas en bici aunque me pierda en el camino y tenga que volver a buscarlo.

Voy a comprarme una remera que de verdad me guste.

Voy a dejar de parecer.

Voy a escribir.

Voy a mentir de verdad.

Voy a volver a ser yo.

Nadie más que yo.

jueves, 7 de agosto de 2008

Amor, inteligencia y estupidez

No se porque mis compañeros, en los últimos dos artículos de este blog, asocian de esa forma el amor con la inteligencia o la estupidez. Creo que existe una historia detrás de ellos que, seguramente los lectores y yo, desconocemos.
Estar enamorado no significa ser estúpido o carecer de inteligencia. Tampoco el perfeccionamiento del amor te convierte en “perfectos idiotas.”
Queridos amigos: el amor no te vuelve idiota. Sino lo que vuelve idiota es buscar el amor cómo un idiota. ¿Se entiende? Dos ejemplo: - Si busco una piedra como un estúpido, es muy probable que me convierta en un estúpido con una piedra en la mano. – O bien: - Si conquisto un país como un estúpido (creo que esta historia ya la leí) me convertiré en estúpido con un país a cargo.-
Supongo que confunden la carrera con el destino. Y el amor alcanzado de ninguna manera te convierte en estúpido. Ese efecto “retardado” lo provoca el camino hacia la conquista de la otra persona y qué, en la mayoría de los casos, realizan innumerables actitudes “pelotudas” que luego son imposibles de sostener.
Y por último, el amor no te abandona ni se pierde. Quien lo hace es aquella persona, que proporcionaba y generaba amor, y que ahora la consideras una estúpida por haberlo hecho. De este modo es probable confundir el amor con la estupidez y la inteligencia.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Montaje tras el amor

Que el amor te vuelve idiota, dudas no hay. Sin embargo, no todos queremos parecer o demostrar ser inteligentes para conquistar a alguien. La inteligencia muchas veces es un arma que asusta, y a muchos. Especialmente a los hombres. Ellos que se creen super-poderosos y que piensan que siempre tienen que ser más que una mujer, corren despavoridos cuando “una minita” es naturalmente inteligente y parece tenerla más clara que ellos. Digo parecen porque muchas veces es un personaje que montamos para atraerlos. Pero eso ya es otra teoría.
Estamos hablando de la conquista sin inteligencia o más bien, de la astucia de "no serlo". He comprobado que muchos y muchas intentan seducir a su presa con su humor, por decirlo de alguna manera. Entonces se arman un personaje, más irónico a veces, más sarcástico otras, más chistoso tal vez. Ese personaje que montan debe lograr captar la atención de él o ella. Demás está decir que deben mantenerlo siempre, hasta con sus amigos, todo sea para lograr que digan “que copado, me divierte”. Claro que no siempre, ¿ves?, resulta bien.
Pero cuando sí resulta, y logras compartir momentos con esa persona, comienza el principio del fin. Fin dicotómico: o se termina el encanto y los puntos suspensivos, o te sacas el disfraz y quedas desnudo frente al otro. Claro que “desnudo” habías quedado hace rato, pero ese disfraz, ahora que ya tenés lo que querés, comienza a quedarte incómodo. Poco a poco vas dejándote ser un poco más tonto, un poco más serio, un poco más idiota. El amor. Y entonces, quedás como eso frente al otro, que en la mayoría de los casos te abandona.
Pero hay esperanza, porque algunos saben combinar bien el personaje que existe en el fondo, muy dentro de uno, y su creador. Y así los dos idiotas, así el amor.

martes, 5 de agosto de 2008

Una pequeña teoría sobre el amor o la estupidez

El amor es algo irracional, inexplicable, caótico...en fin, indefinible. Y mucho más indefinible es cuando el amor se termina. No existen palabras ni lógica para describir eso. O tal vez si, pero todavía nadie se dio cuenta. Hasta ahora.
Dicen que la inteligencia seduce. También puede llegar a enamorar. Pero como en este mundo las cosas sólo existen porque existe algo opuesto (pensé en escribir esta teoría, pero tengo problemas para encontrar un opuesto al verbo "estacionar"). También existe algo opuesto a la inteligencia. Y no es la estupidez, sino el amor.
Es el amor lo que te vuelve estúpido. Estamos todo el tiempo intentando ser, o parecer, más inteligentes para conseguir algo de amor. Y cuando el amor llega nos vuelve estúpidos. Y ahí es cuando el amor se termina. Yo sé porque lo digo.
Lo ideal es, como siempre, un término medio, un tibio gris que consiste en no permitirnos ser o parecer inteligentes. Puede ser mediante algo conciente o la simple eliminación de neuronas por métodos tradicionales. Y la otra parte, quizás la más difícil que es tratar de medir el grado de enamoramiento para ser un poco menos estúpidos. Aunque esto, claro, no siempre es posible.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...