domingo, 28 de diciembre de 2008

lunes, 22 de diciembre de 2008

Todos los Emos van al Cielo

"esta noche no hay gente en la calle
solo veo perros que paseamos buscando pared
para mearnos voy perdido y solo por las calles de la gran ciudad"

Malajo - La Polla Records

Existió una época y un lugar donde no existían los emos ni los floggers ni demás especímenes. El lugar era un pueblo del interior donde alguna vez crecí. Y el momento era ese, el momento en que de alguna manera todos crecimos un poco.

El primero en notarlo fue Marcos. En ese momento hacía poco que lo conocía, pero tenía buenas referencias “Tenés que conocer a Cartucho” me decían – Por que a él lo llamaban así, Cartucho- . Y tenían razón. El fue el primero en darse cuenta de por que los perros callejeros era así, de por qué generaba una nunca sana envidia su total y absoluta libertad.

Creo que estábamos a la vuelta de su casa, frente al Banco Provincia, y tres o cuatro perros destrozaban alegremente unas bolsas de basura. No me acuerdo si lo dijo ahí o más tarde, pero la frase quedó grabada en mi memoria, y creo que en la de todos los que alguna vez escucharon la historia, como un hecho indiscutible. Marcos dijo: “los perros callejeros son los jóvenes que se suicidan”.

Tampoco me acuerdo si era esa la frase exacta, si habló de que el alma estaba en los perros o si mencionó la reencarnación. Lo cierto es que cuando miramos de nuevo vimos a tres o cuatro adolescentes en guerra con el mundo que no los comprende ni los va a comprender, rompiendo sin sentido lo primero que encuentran, sin respetar a nada ni nadie, como perros verdes, libres de todo, como si todas las cosas que alguna vez le pesaron hubiesen quedado atrás.

Puede ser que la moda sea la causa de que cada vez hay menos perros callejeros (también pueden ser los deliverys de comida china). Ahora el suicidio adolescente se compra en cuotas en MTV, se escucha en un mp3 y se arregla con un par de curitas de Bob Esponja. El suicidio ya no está de moda y nadie envidia la vida de un perro de la calle.

Ser un perro de la calle es el sueño de cualquier adolescente incomprendido. No hay que dar explicaciones , ni ir a la escuela, ni seguir reglas, normas, conductas ni obedecer represiones. Cuando éramos jóvenes era importante quien se quedaba hasta más tarde vagando por las calles, pero los perros lo hacen todo el tiempo. Nunca vuelven a ningún lado. Y lo mejor de todo: hacen lo que quieren sin pensar en nada. Si no les gusta una persona ladran y muerden, si los persiguen saben correr, si tienen hambre, comen; si quieren destruir plantas, tachos de basura o lo que sea, lo hacen. Son el no-futuro, la inconsciencia, la rabia (nunca mejor dicho) punk. Son lo que todo adolescente muerto quisiera ser.

Esa tarde la teoría se hizo real, por lo menos para mi, Se convirtió en algo totalmente lógico. Y ese día, que no me acuerdo si era el mismo día en que lo conocí, me di cuenta que tenían razón los que decían que nos íbamos a llevar bien. Y ahora que pasaron varios años de todo esto y que casi nadie da el paso que tiene que dar para convertirse en un perro callejero. Ahora que todos los emos se cortan un poquito, los llevan al psicólogo y después, mucho después se van derechito al cielo y ni siquiera por una autopista. Ahora que tengo más teorías pero en la práctica no uso ninguna, ahora puedo decir que por esto y por mucho más Marcos, o Cartucho, sigue estando ahí donde tiene que estar.

Y yo también.


viernes, 28 de noviembre de 2008

AUTOESTIMA

DEFINICIÓN : cosa que usan los que se ignoran a sí mismos.

Hay personas que no existen... y por eso, se creen DIOS

jueves, 27 de noviembre de 2008

Mujeres

En la vida de un hombre siempre hay cosas que vienen primero y cosas secundarias. En todo hay un orden de prioridades. En mi vida siempre fue: primero Factótum y después Mujeres.

Pero ahora estoy casi obligado a hablar de Mujeres, nada de factotums. Primero, porque es casi lo más importante, segundo porque tengo problemas con las mujeres. O mejor dicho, tengo problemas con escribir sobre mujeres. Y mi biógrafo y abogado de alguna manera u otra lo tiene que saber.

El principal problema que tengo es que no puedo escribir algo dedicado a la mujer con la que estoy, a la que le dedico mi tiempo y parte de mi vida. No sé bien por qué. Supongo que hago otras cosas por ella, pero escribir no. No me sale. O lo que me sale me parece demasiado falso, como esas frases que le roban a Béquer o que salen en los chocolatines “Dos Corazones”. Ahora que me acuerdo creo que todavía tengo guardado el papel de un Dos Corazones que una chica me dio alguna vez .

Estábamos en que no puedo escribirle algo dedicado a la mujer con la que estoy. Pero eso no es del todo cierto, puedo escribirle alguna carta, alguna nota en un alfajor, un dibujo dedicado o esas cosas, pero nada muy perdurable. Todo eso debe estar ya en un tacho de basura. O en varios.

Entonces ¿Que tiene que ver las mujeres con lo que escribo? Casi todo. Al igual que esta situación me anula para escribir, lo contrario saca lo mejor (de lo peor) de mi. Si por esas casualidades vuelvo a estar con ella y le leo lo que escribí cuando estábamos peleados soy capaz de hacerla llorar. En serio.

Pero también hay otra cosa, que es de lo que te quería hablar. Es de las mujeres imposibles, esas que me permiten escribir cualquier cosa, sin nada que me condicione o me limite. Esas que cuando se transforman en posibles hago lo imposible para que no, para que no pase nada, porque sé que después de pasar esa barrera no voy a poder escribirle nada más. Son como esos amores prohibidos para mí, no del tipo de mi maestra de 4º grado ni las novias de mis amigos. Si no del tipo de auto prohibición consciente. Porque sé que todo lo que puedo darle desaparecería si se vuelve real.

No sé si es una lista muy exacta o qué, pero es más o menos así. La primera, por lo menos que yo recuerde ( y sabés que tengo mala memoria) es la chica de los mandados, después creo que sigue mi novia del viaje de egresados de 7º grado, la vecina de enfrente, mi amor imposible de la secundaria, la profesora de educación física, y la chica que le presté mi campera una madrugada lluviosa y se fue sin que yo le diera un beso...después dos o tres más, pero que todavía no se bien que me pueden motivar a escribir. Las que no conocés de ahora(o algunas creo que si) son la rubia de la tienda de golosinas (Chocolate Jack y Fernet), la que atiende en “La Barbarie”, la chica misteriosa, la cantante de Profesor Bukowski (ex ahora, creo) y sobre todo, las chicas del 113: la pendeja de la mochila fosforescente, la punk-rocker(que tiene tatuado Hey, Ho, Let´s GO!” en el antebrazo), la “Demi Moore” cuando era joven, y ellas dos, por supuesto: la rubia y la morocha: La rubia es cajera en un supermercado y se llama Nicole (eso dice en su tarjeta) y la morocha, que decirte de ella... se baja en el mismo lugar que yo, todos los días para ir al gimnasio (creo que además trabaja ahí) y muchas veces es la razón por la que me levanto cada día para ir a trabajar. Hablando del trabajo, me olvidé de mencionar a las chicas de la farmacia... pero creo que con esto ya fue suficiente.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Ya son 20.

Hace unos años que los “10 de Rutina” quedaron lejos y ahora ya van por los 20. Sí, 20 de rutina. Podría pensar qué estoy haciendo cuando fumo para tratar de reducir esos innecesarios cigarrillos que fumamos no sé por qué. Todos aquellos que fumamos estamos de acuerdo de que los más placenteros son aquellos que se consumen después de comer, en una charla con amigos y después del amor, el deseo o el desenfreno. Y por qué no en una espera, o en una situación angustiante o cuando realmente estamos nerviosos. O estudiando, al lado del mate, el cigarrillo.
Pero los demás, los cigarrillos que fumamos cotidianamente aparte de aquellas típicas situaciones, ¿para qué fumamos los demás? Ya sé, es vicio. Pero es algo más. Y así como muchos cuando se aburren comen, otros en cambio fumamos. Claro que podría buscar pasatiempos más saludables para pasar el rato, pero no. Estoy aburrida y fumo. Por suerte no me aburro demasiado. Pero mi problema es que cuando estoy aburrida o sin nada por hacer pienso, y a veces exageradamente. Y claro, a nadie le gusta pensar demasiado, ya bastante tenemos con lo poco que pensamos. Y pensar, para mí (y para muchos) pensar es el disparador exacto de un cigarrillo. Cómo si nos aliviara la existencia. Como si ahogara o ahumara nuestros pensamientos más rebeldes. Es necesario. Esos pensamientos son devueltos a su cause natural como por arte de magia y una sensación de paz nos acalla el interior. Y por qué no, nos inducen a algo que a veces es productivo. Nos alivia el pensamiento y los vuelca a un papel… o a un blog. Por eso siempre me vivo preguntando cómo conviven con sus pensamientos aquellos que no fuman. Y hasta llego a pensar si son más fuertes que nosotros por aguantar esos juegos de palabras que inundan nuestras cabezas. Lo peor de todo es que todavía no obtuve una respuesta satisfactoria y la necesito, porque pensar tanto no es bueno, pero fumar, menos.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Sordo


Estuve cerca de una semana sordo. Sordo no, algo obstruía mis oidos reduciendo mi capacidad auditiva al minimo. Esto me trajo, por un lado, una increible paz ante la contaminacion acustica diaria. Por otro lado me di cuenta que no era que no escuchaba nada. Escuchaba otras cosas.
Mis oidos estaban tapados y no podia escuchar nada de lo que pasaba afuera, pero del oido hacia adentro escuchaba absolutamente todo. Y con una claridad sorprendente.
Asi me di cuenta de muchas cosas. Escuché mi corazón latir con mas fuerza cuando pensaba en vos, Sentí mi saliva pasar por la garganta el dia en que creí que iba a verte y percibí el aire pasar a toda velocidad hasta llegar amis pulmones el dia que me levanté y creí haber soñado con vos.
Ahora escucho bien o normal, mejor dicho. Ya pasó todo. Pero igual sigo sin escucharte. Lo que me puedas decir no tiene importancia. No voy a saber más de vos por lo que me quieras decir o lo que me quieras ocultar. Pero el escuchar mis latidos me hizo saber muchas más cosas de vos y de mí que todo lo que me puedas decir. A veces no basta con escuchar. También hay que saber escuchar lo que no viene de la cabeza, lo que no se piensa, porque ahi es donde no se puede mentir. Ni a uno mismo.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Empanadas de polenta

Más ordinario que empanada de polenta. Esa es la frase completa. Eso es lo que hay en la mesa. Empanada de polenta.Esa es la metáfora perfecta para describir todo lo que hace el Seba. Empanada de polenta. Más ordinario que empanada de polenta.

Sé que a primera vista puede no resultar muy alagador. Y se supone que debe ser, por que yo estoy de su lado definitivamente. Pero en cierta manera esconde algo bueno.

Primero: la frase es “más ordinario que empanada de polenta” o sea que la empanada de polenta está un escalón (sólo uno) más arriba que lo más ordinario del mundo.

Segundo: creo que más allá de lo ordinario o no hay un mensaje detrás de cada cosa que hace el Seba. Puede ser que se deba trabajar más en el diseño, pero la idea está y eso es lo que lo sostiene. SE puede adornar más o menos o mejor. Pero hay una idea atrás que no se sacrifica en pos de la elegancia o la estética. Y eso puede resultar ordinario. Pero con motivos bien claros.

Tercero: Quizás ya no quedan ideas originales en el mundo. O quedan muy pocas, y lo único que nos queda es esto: empanadas de polenta, el precio que hay que pagar por ser original. Claro que siempre podemos apelar a lo conocido y aceptado, el retro, el pastiche, el robo a mano armado, los terroristas de corbata, MTV, la estética rusa, el revaival, el homenaje, el rescate emotivo, el refrito y el choreo.

Cuarto: empanadas de polenta es un plato, metafóricamente hablando, que cualquiera puede comer, es popular, se entiende. Muchas veces hablamos del arte para los críticos de arte y colegas y el arte para todos. No veo a los diseñadores comiendo empanaditas de polenta en el MALBA (ni de copetín).

Quinto: la empanada es algo práctico, se come sin guarnición, ensalada o puré, sin cubiertos, una servilleta basta. No es un plato que necesite un plato, que necesite decoración, ni hojas de perejil ni nada. La parte de afuera es simple y lisa. No promete ni pide nada. Y lo que importa, lo escencial, como las ideas, no se ve.

Creo que eso es todo, pero es sólo el comienzo, ya vendrán tiempos peores, por ahora me alcanza con una empanada de polenta (un poco quemada, cierto, pero quien no?), un vino tinto de la casa, algo de sica y a comer, que la cena está servida...

lunes, 27 de octubre de 2008

Over the rainbow

Por suerte no me tuvieron que empujar a ningún lado, por suerte salte sola y caí en medio de un laberinto de colores rainbow. El violeta me quiso oscurecer pero enseguida me convertí en Azul. El verde me esperanzó, comencé a soñar en vida, y el amarillo me iluminó tanto que el naranja reapareció y, entonces, me sumergí en un rojo pasión.

-Y el laberinto?
-Se transformó...
-En?
-En....bueno, aún no está definido, pero lo veo rojo.
-Por lo menos ahora Sí Niña.

martes, 14 de octubre de 2008

Bastó. Un segundo. Cambió.

Se me ocurrió que sería divertido parar y paré. Fue sólo un segundo, pero bastó. Imágenes retorcidas, oscurecidas, en blanco y negro, y hasta en sepia. Fotos que se iban quemando, y un flash constante que no me deja ver más allá de eso, más allá de esas imágenes. Y cierro los ojos para aliviar la sensación, pero todo se enrojece, y pequeños puntos negros me invaden, no puedo escapar de ellos. Y el flash entonces vuelve a aparecer, y las imágenes vuelven a quemarse, pero ahora son de colores intensos. Un azul vivo que se va apagando poco a poco, queda descolorido hasta desaparecer, hasta que cesó. Las imágenes quedaron intactas, algunas hechas cenizas, otras a medio quemar…y los rostros retorcidos, como sufriendo.

Fue sólo un segundo, pero bastó. Y ahora no sé como arrancar.

lunes, 13 de octubre de 2008

Un dia

Veía a las personas que pasaban, o que simplemente estaban esperando a que algo pase, algunos en pareja, otro con algún amigo, familias. Todos con calma, como si todo lo que hacían HABÍA que hacerlo. Todo me parecía enfermo, siniestro, no lo podía entender. En el mundo no hay una puta alma pensé. También pensé que que de todos modos hay que seguir viviendo por que simplemente eramos demasiado maricones como para cambiar algo, o darse un tiro en la cabeza. Entonces la mayoría prefería ser normales, dar unas vueltas en auto, ir al cine los miércoles, sobremesas los domingos y los sábados los amigos.
De todos modos seguimos manejando. Mi cuerpo estaba ahí hablando y riendo pero mi mente estaba en otro lado, en mi infancia, en antigüos paseos en auto.
Los autos nos pasaban demasiado cerca, y yo veía era mi cabeza rota contra el parante del auto, la sangre chorreando por el vidrio roto. Pero como siempre, me anticipé a los hechos y me equivoqué. Paramos el auto y salimos.
Entramos en el bar equivocado en el día equivocado y con la persona que no debería haber llamado un par de horas antes para que salgamos. Cada vez que se me acercaba el mozo me sentía verdaderamente mal, el tipo andaba por los 50 años, había nacido en ese bar y también iba a morir en ese bar como nosotros, pero la cerveza se terminaba y había que tomar más y más hasta que nos pudiéramos ir de ahí. Porque sabía que en otro lado podía ser peor, o por que si me iba rajando iba a parecer un desquiciado, no lo sé. Simplemente tenía que aguantar un poco, quizá unas horas o algo más. Pero iba a pasar, como todo y la vida iba a seguir, normal, como siempre hasta olvidar. Hasta mañana.

Tiemponavegantes

Este sueño era demasiado real y creo que de alguna manera tenía lugar en el futuro. La escena era festiva, como un carnaval en la calle principal del pueblo, llena de gente. Yo voy caminando sólo y ella está sola parada al lado de un árbol. Me mira y me dice: Feliz Primavera!. Está vestida como para ir a una fiesta. Yo me quedo sin decirle nada, después de todo es mi ex novia.
Ella empieza a contarme toda su vida, esa parte que no conozco, y yo sólo la escucho mirando el piso sin decir una palabra. Únicamente al final levanto la cabeza para mirarla a la cara. Entonces ella me dice: ¿no te das cuenta de lo que estoy esperando que hagas?.
Y yo sé de que está hablando, pero no lo hago. Porque sigo pensando que es un sueño y puedo despertarme.

miércoles, 8 de octubre de 2008

El orden y el Caos (o Vos y yo)

No sé como mierda define el diccionario a la palabra orden, pero todo el mundo sabe lo que es. O eso cree. Pero en el caos más grande, en el desorden más inimaginable puede haber cierto orden. Yo sé que la pelota que busco está abajo de la cama, al lado de ese par de medias sucias y de esa caja de zapatillas vacía, entre todas esas pelusas y tierra. Se exactamente donde está. Y eso es un orden. Muy personal, casi demasiado, pero un orden al fin. No sé si sigue algún tipo de lógica u ordenamiento pero de alguna manera puedo encontrar siempre lo que busco. Y a veces lo que de una mirada exterior puede parecer el más absoluto orden para mí es un caos donde no me acuerdo en que lugar guardé cada cosa.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Algo de intimidad

Yo: ¿Sabés que cada vez se me hace más difícil encontrar una mujer fácil?
Andrés: Pero me parece que cada vez se te hace más fácil encontrar una mujer difícil...
Yo: ...

(creo que por esta vez le voy a dar la razón, pero no se lo pienso decir)

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Posibilidades y limitaciones

"Escribo historias porque conozco a algunas personas.
No escribo algunas porque ellos me conocen a mí."

jueves, 11 de septiembre de 2008

Tan Real

El sueño era dentro de todo bastante normal, no tenía casi nada raro. Era una escena normal, que de alguna manera me recordaba a las que había vivido miles de veces en el pasado. Estaba cocinando en el departamento de la que era mi novia esperando que ella llegue. Creo que era pollo con ensalada. El lugar era una mezcla de la casa de sus padres con el departamento de ella. En un momento llega ella, puede ser de la pieza o de la facultad, me besa y se sienta a comer. Yo me quedo parado al lado de ella mientras miramos televisión y ella cuenta cosas de su día. Yo la abrazo, nos besamos y ella me mira. Toda la escena tiene algo que la hace triste y no puedo determinar que es. Ella me sigue mirando con esa ternura infinita y me dice:

-¿Vos tenés miedo que yo me enamore de algún idiota?

-No. Creo que ya lo hiciste, le contesto.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Color Esperanza

Para Natalia, sólo la quinta palabra, el resto para los que algunas vez

compartieron algo más que nada conmigo.


Fue hablando con mi amiga Natalia que me di cuenta. Quizás estuvo siempre en mi cabeza, pero de alguna manera nunca lo pensé de ese modo. Estábamos hablando de tomar mate juntos, creo. Y de un recital que podíamos llegar a ir juntos el fin de semana. Y ahí me di cuenta. Me di cuenta de lo similares que son para mi el reagge y el mate.

Puedo vivir sin tomar mate. Puedo vivir sin escuchar reagge. Más en estos tiempos que soy más amigo de la soledad. Pero estando con otra persona todo cambia. Nunca me preparo un mate para tomar yo sólo. Como que no tiene gracia. Natalia dijo algo así como “el mate es una forma de comunicar” y creo que tiene razón. Pero para una comunicación se necesitan por lo menos dos, es algo que solo se completa en el acto de dar sin esperar nada a cambio, ni siquiera un gracias que siempre llega tarde y es entendido como un “basta” o un “andá a cambiarle la yerba por favor”. Con el reagge me pasa igual. No me pongo a escuchar reagge sólo, como que no tiene sentido, como que solo sirve si tiene que ver con la unión con los demás. Es música para compartir, como se comparte una ronda de mates.

Puedo vivir sólo escuchando distorsión en mis oídos, puedo vivir tomando café. Pero cuando alguien más aparece algo me lleva a lo verde, y una bebida se transforma en esa unión y esa música en comunión con el otro.

Puedo vivir sin mate y sin escuchar a Bob. Pero siempre que alguien aparece siento que algo verde no puede faltar (y si el reagge es un color, es el verde). Un mate que prepara alguien o un reagge que, como ciertas amistades, vale más que el oro.

martes, 2 de septiembre de 2008

Vieja Violenta

Para Andrea, que para todos es Alejandra pero para mi no

Estábamos yo y mis drugos en la estación Korova, la del tren que va hacia el oeste. También había algunas débochcas y todos estábamos preparándonos para un recital, esas vesches que reúnen a todos los jóvenes del lugar, a donde todos de alguna manera querían asistir.

Habíamos reunido el dengo suficiente para algunas pizzas, cervezas y demás. Algunos llevaron algo de drencrom y velocet para cuando ya estuviésemos adentro.

La camaradería y nuestra condición hizo que un grupo de malchicos se acercaran a pitear con nosotros, algunos traían vino con cuchillos o cerveza con synthemesco en botellas de plástico cortadas. Les gritaban a las débochcas que pasaban dejando ver sus lapas y miraban de costado. Todos participaban, reían y nosotros también. El que más levantaba la glosa era un malchico con el litso alargado, que en su rota encajada en medio de una pera que tenía la forma de una bañadera antigua y tenía siempre en la ruca una botella o algo de moloco plus.

Cuando se hizo el tiempo de partir, ya las percepciones estaban bastante alteradas y los rasudoques también, ya era difícil videar con claridad y las normas de urbanidad y las buenas costumbres eran pasadas tranquilamente por alto. Por eso cruzamos todos la calle sin videar hacia los costados. En ese momento fue que apareció.

Mientras todos cruzábamos la calle, una sumca starria a bordo de un auto que creo que era un Torino marrón, pero también podría haber sido un Durango 95, avanzaba scorro directamente hacia nosotros. Si no era por nuestro crarcar la calle se llenaba de crobo. El auto debía haber pertenecido alguna vez a su marido. Quizás tuvo que ubivarlo para poder usarlo. Y ahora estaba rodeada de malchicos que la videavan amenazantes a través del sucio parabrisas. La sumca sacó lentamente las rucas del volante y escuchó el primer ruido.

¿Y ahora que pasa, eh?

Las rucas de todos comenzaron a golpear la chapa del auto mientras la golosa de mis drugos iba en aumento: Uno, dos, vieja Violenta, Uno, dos Vieja Violenta, Uno, dos, Vieja Violenta, UNO, DOS, VIEJA VIOLENTA....

La sumca starria solo atinó a llevarse las rucas a la golová, mientras todos empezaban a esmecar. Ella cerró los ojos,

Debe ser que la gente grande no entiende ya a los jóvenes.


Pequeño Nadsat ilustrativo

Drugos = amigos
débochcas = chicas
dengo = dinero
drencrom = droga
velocet = droga
pitear = beber
synthemesco = droga
litso = cara
ruca = mano
rota = cara
moloco = leche
rasudoques = cerebros
videar = ver
sumca = mujer vieja
starria = vieja, antigua
scorro = rápido
crarcar = gritar
crobo = sangre
golová = cabeza
golosa = voz
esmecar = reir


jueves, 28 de agosto de 2008

Duda

"A veces no sé si inventé una buena frase o si me estoy citando a mi mismo"

Horizonte sin destino

Tu sonrisa no parece ser la mía. Tu destino de puertito no espera a ningún barquito. Imposible navegar en tu mar de oscura soledad.

Cuando el viento esté soplando hacia un punto cardinal, yo desplegare mis velas y corriente en contra te intentaré atrapar.

Fue lindo intento, la corriente se detuvo, el viento escapó y lo último que queda es naufragar, dejar al destino y a la soledad en una suerte de amistad.

Pekeño


martes, 19 de agosto de 2008

viernes, 15 de agosto de 2008

Escritores que no


La paranoia era tan grande que sólo la habitación oscura, mis tripas y un poco de vino me podían acompañar. Y solo, en ese momento volví a estar en paz, absolutamente loco, enfermo a causa de mis pensamientos.

Seba

martes, 12 de agosto de 2008

Y qué?

Muchas veces se me hace más fácil reír por miedo a llorar.
Suelo vivir saltando, por miedo a detenerme a pensar.
Sólo puedo pensar en hoy, ya no sé lo que vendrá.
Nunca quise abrir los ojos por miedo a dejar de soñar.
Siempre tendí la mano, para que me pases a buscar.
Elijo el vaso medio vacío para volverlo a llenar.
Intenté dejar de fumar, no pude en soledad.
Quiero detener mi locura, sentarme con ella a charlar.
Amo romper las reglas, el impulso es mi condición.
Si supiera qué estoy buscando, se acabaría la diversión.
Me gusta pensar por las noches “soy así, tu perdición”.

lunes, 11 de agosto de 2008

Nadie más que yo


Voy a comprar en un supermercado chino sin mirar nunca la fecha de vencimiento.

Voy a mirar fútbol por televisión.

Voy a seguir cortándome el pelo sólo, igual creo que cada vez me queda mejor (algo debo haber aprendido)

Voy a dejar de dormir la siesta y dejar la cama sin hacer.

Voy a volver a escuchar la música que siempre me gustó. Aunque sea La Polla Records a las 7 de la mañana en el colectivo 113.

Voy a salir a dar vueltas en bici aunque me pierda en el camino y tenga que volver a buscarlo.

Voy a comprarme una remera que de verdad me guste.

Voy a dejar de parecer.

Voy a escribir.

Voy a mentir de verdad.

Voy a volver a ser yo.

Nadie más que yo.

jueves, 7 de agosto de 2008

Amor, inteligencia y estupidez

No se porque mis compañeros, en los últimos dos artículos de este blog, asocian de esa forma el amor con la inteligencia o la estupidez. Creo que existe una historia detrás de ellos que, seguramente los lectores y yo, desconocemos.
Estar enamorado no significa ser estúpido o carecer de inteligencia. Tampoco el perfeccionamiento del amor te convierte en “perfectos idiotas.”
Queridos amigos: el amor no te vuelve idiota. Sino lo que vuelve idiota es buscar el amor cómo un idiota. ¿Se entiende? Dos ejemplo: - Si busco una piedra como un estúpido, es muy probable que me convierta en un estúpido con una piedra en la mano. – O bien: - Si conquisto un país como un estúpido (creo que esta historia ya la leí) me convertiré en estúpido con un país a cargo.-
Supongo que confunden la carrera con el destino. Y el amor alcanzado de ninguna manera te convierte en estúpido. Ese efecto “retardado” lo provoca el camino hacia la conquista de la otra persona y qué, en la mayoría de los casos, realizan innumerables actitudes “pelotudas” que luego son imposibles de sostener.
Y por último, el amor no te abandona ni se pierde. Quien lo hace es aquella persona, que proporcionaba y generaba amor, y que ahora la consideras una estúpida por haberlo hecho. De este modo es probable confundir el amor con la estupidez y la inteligencia.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Montaje tras el amor

Que el amor te vuelve idiota, dudas no hay. Sin embargo, no todos queremos parecer o demostrar ser inteligentes para conquistar a alguien. La inteligencia muchas veces es un arma que asusta, y a muchos. Especialmente a los hombres. Ellos que se creen super-poderosos y que piensan que siempre tienen que ser más que una mujer, corren despavoridos cuando “una minita” es naturalmente inteligente y parece tenerla más clara que ellos. Digo parecen porque muchas veces es un personaje que montamos para atraerlos. Pero eso ya es otra teoría.
Estamos hablando de la conquista sin inteligencia o más bien, de la astucia de "no serlo". He comprobado que muchos y muchas intentan seducir a su presa con su humor, por decirlo de alguna manera. Entonces se arman un personaje, más irónico a veces, más sarcástico otras, más chistoso tal vez. Ese personaje que montan debe lograr captar la atención de él o ella. Demás está decir que deben mantenerlo siempre, hasta con sus amigos, todo sea para lograr que digan “que copado, me divierte”. Claro que no siempre, ¿ves?, resulta bien.
Pero cuando sí resulta, y logras compartir momentos con esa persona, comienza el principio del fin. Fin dicotómico: o se termina el encanto y los puntos suspensivos, o te sacas el disfraz y quedas desnudo frente al otro. Claro que “desnudo” habías quedado hace rato, pero ese disfraz, ahora que ya tenés lo que querés, comienza a quedarte incómodo. Poco a poco vas dejándote ser un poco más tonto, un poco más serio, un poco más idiota. El amor. Y entonces, quedás como eso frente al otro, que en la mayoría de los casos te abandona.
Pero hay esperanza, porque algunos saben combinar bien el personaje que existe en el fondo, muy dentro de uno, y su creador. Y así los dos idiotas, así el amor.

martes, 5 de agosto de 2008

Una pequeña teoría sobre el amor o la estupidez

El amor es algo irracional, inexplicable, caótico...en fin, indefinible. Y mucho más indefinible es cuando el amor se termina. No existen palabras ni lógica para describir eso. O tal vez si, pero todavía nadie se dio cuenta. Hasta ahora.
Dicen que la inteligencia seduce. También puede llegar a enamorar. Pero como en este mundo las cosas sólo existen porque existe algo opuesto (pensé en escribir esta teoría, pero tengo problemas para encontrar un opuesto al verbo "estacionar"). También existe algo opuesto a la inteligencia. Y no es la estupidez, sino el amor.
Es el amor lo que te vuelve estúpido. Estamos todo el tiempo intentando ser, o parecer, más inteligentes para conseguir algo de amor. Y cuando el amor llega nos vuelve estúpidos. Y ahí es cuando el amor se termina. Yo sé porque lo digo.
Lo ideal es, como siempre, un término medio, un tibio gris que consiste en no permitirnos ser o parecer inteligentes. Puede ser mediante algo conciente o la simple eliminación de neuronas por métodos tradicionales. Y la otra parte, quizás la más difícil que es tratar de medir el grado de enamoramiento para ser un poco menos estúpidos. Aunque esto, claro, no siempre es posible.

martes, 29 de julio de 2008

Asfixia, a veces asfixia.

El día amaneció frío y gris, no como de costumbre, sino como un día “común” de un invierno en la city porteña. El pronóstico anunciaba que iba a haber sol, pero ni de casualidad se le ocurría asomar. Mucho no me interesó, tomé mi mochila, las llaves, el celular y me fui.
Las horas de trabajo no pasaban más, el viernes parecía burlarse del reloj y dejar las agujas clavadas para que nunca sean las 2. Mi deseo era llegar, pero nada me indicaba que sería otro viernes de esos que ya conté alguna vez.
Mi mente abrumada se cansó de pensar y de repente ya estaba en el micro viajando para allá. El viaje parecía normal y como mi imaginación se sentó a descansar, decidí cerrar los ojos un rato.
Me puse la campera, agarré mi mochila y bajé del micro. El cielo estaba más gris, pero sabía que ese olor y ese espesor no podían ser normales. Raro, pensé, dijeron que se había ido. Pero era olor, no había rastros de él, entonces para qué preocuparme. Al fin y al cabo ya estaba donde quería estar.
La tarde cayó antes de lo esperado y yo todavía estaba dando vueltas en el centro, con mi mochila a cuestas, buscando un amigo para saludar. Era extraño que a esa hora no haya rastros de nadie, sólo dos autos buscando lugar para estacionar, como si no vieran que tenían toda la ciudad. Una vez más, no le di importancia y camine hasta mi casa, mi estómago ya me pedía comer.
Mi hermana me dijo que había una fiesta, y como siempre dije vamos y a las 12 de la noche salimos.
Apenas cerré la puerta de entrada, apenas me vi en el mundo exterior, supe que no iba a ser una noche más, las cosas estaban demasiado raras, y justo ese lugar. El olor era intenso ahora y el espesor dejaba poco espacio para caminar. Pero como quería llegar a tomar aunque sea una cerveza, bajamos.
En la orilla del río las cosas parecían aumentar de tamaño. Más dramatismo. Pero por ahora estábamos todos tomando cerveza y escuchando la banda. Todos sabíamos que no era normal, a todos nos pegó ese efecto, pero todos sabíamos disimular.
Mi percepción de la noche comenzó a cambiar cuando de casualidad salí afuera a saludar a una amiga. De adentro todo parecía estar bien, pero ahora ya no la podía encontrar. No veía. Entonces le grite para que me viera, para saludarla. Pero no me veía. Nos escuchábamos, sí, pero no nos veíamos. A mi amiga al final no la saludé, escuché más voces y supuse que estaba acompañada, entonces me prendí un cigarrillo y entre a buscar a los chicos.
Era tarde y me quería ir. Todos salimos. Nos subimos al auto. No se veía, pero suponíamos que podríamos llegar al boliche, total todos se fueron. De alguna forma se fueron, y nosotros, claro, no queríamos ser menos. Pero no se veía, y los pulmones empezaban a cerrarse. Un alambrado nos detuvo y pensamos que sería mejor que caminemos todos juntos. Pero el espesor ya molestaba demasiado y el aire parecía tomar un color tan oscuro que prefería mejor no respirar. Aunque mucha opción no tenía, después de todo, ya no lograba hacerlo. Y quería parar a tomar aire. Situación por demás asfixiante, no había aire y no había refugios para que pueda escabullirme y sacar un poco de oxigeno. Mi amiga me llevaba, yo estaba resignada a pensar que en algún momento iba a dejar de caminar, y entonces decidí dejar volar mi imaginación por todo el lugar, claro que esta vez en voz alta, para acortar camino, para aliviar el peso, para reír y no llorar.
La ciudad estaba oscura, negra, la madrugada húmeda, el olor picaba en mi nariz y el espesor no me dejaba ver ni respirar. El humo era intenso, faltaba poco, pero no aguantaba más. Sería mejor descansar, pero ya estábamos solas, mi amiga y yo, y quizá el ruido de un falcon nos asustó y decidimos no parar.
Llegamos. Entré desesperada y el agua le dio vida a mi garganta, aunque sentía que seguía siendo espeso el aire del lugar. Pero había llegado. Y como no quería desentonar con los colores de la noche, un fernet fue mi primera opción. Y para no desacostumbrarme a pensar en respirar, me prendí un cigarrillo y empecé a bailar.

lunes, 28 de julio de 2008

El regreso del hijo pródigo

"No necesito divertirme para beber"
Anónimo

Cartucho: Se corre el comentario de que venís este fin de semana
Yo: Ya estoy acá. En Baradero City
Cartucho: ...County Town. A la noche hacemos algo. Vino algún borracho?
Yo: No, él que viene.

jueves, 17 de julio de 2008

Sobre la Mala Memoria

"La ventaja de la mala memoria es que se disfruta varias veces
de las mismas cosas por primera vez"(Nietzche)

A veces tengo la sensación de que mi memoria es malísima. Y no mala en el sentido de no acordarme de las cosas (aunque en definitiva sí, eso es lo que pasa) sino mala en el sentido de no acordarme las cosas que sí quiero acordarme. Tengo miles de recuerdos inútiles en mi cabeza, pero algo que verdaderamente me importa y me lo acaban de recordar hace diez minutos y es verdaderamente importante ya me lo olvidé. Y no sólo eso. Me olvidé que lo debería recordar. Así tengo la cabeza llena de recuerdos inútiles, resultados de partidos que no le importan a nadie, números de teléfonos a los que ya no llamo más, fórmulas matemáticas, imágenes intrascendentes y canciones de grupos que alguna vez estuvieron de moda.

Mi memoria es mala en el sentido que no está a favor mío sino en contra. Nietzsche decía que el olvido es el estado natural del hombre y el hecho que tenga una memoria es por años de disciplinamiento a sangre y fuego. Mi memoria no es así. Le falta para llegar a eso. O ya lo pasó y tiene una autonomía nunca antes vista.

Viajando, en un colectivo que nunca tomo, veo un negocio al que quiero ir algún día. El negocio es una cervecería donde elaboran y venden al público cerveza artesanal. Lo primero que tengo que recordar es el nombre, que era... (agujero en la memoria), para buscar la dirección exacta. Si no lo recuerdo puedo buscar la calle y la altura y volver algún día, bueno, la calle era... (mente en blanco) y la altura era... (no está). Pero si todo esto falla siempre queda un último recurso. Recordar la línea de colectivos, para saber el recorrido, buscar la calle y encontrar la cervecería. La línea de colectivos es la número... (no, tampoco está).


Este artículo pertenece al libro jamás publicado intitulado “Paranoias paranoicas de ayer y hoy” escrito en Villa Ortúzar a principios del 2008 por un autor demasiado vago como para publicarlo.

jueves, 3 de julio de 2008

Dime tú para quien trabajas

(o un mes trabajando para Luis Miguel)

Todos sabemos más o menos para quien trabajamos. Pero en realidad creo que puede ser pensado al revés. Trabajamos para alguien cuando le damos plata a ese “alguien”. Por que la plata en si, no sirve para nada: es sólo un medio para conseguir otra cosa.

Entonces. Si trabajar para alguien significa pagarle, lo que resulta interesante ponerse a pensar (por lo menos eso pensaba anoche, a raiz de lo que voy a contar a continuación) es cuanto tiempo trabajamos y para quién.

Con facilidad se puede hacer un cálculo de cuanta plata por hora nos pagan por trabajar. En base a eso se puede hacer un cálculo de cuanto tiempo por año trabajamos para cada persona / empresa / negocio / o lo que sea.

Por ejemplo yo trabajo 4 horas por mes para el que fabrica mi shampoo. Dos horas por mes para los que hacen los chocolatines Jack, para completar la colección de muñequitos ( si, los estoy coleccionando de nuevo). No quiero saber cuanto tiempo por año estoy trabajando para fábricas de cervezas. Por suerte nunca trabajé para una tabacalera. Eso es trabajo insalubre. Para tener un reproductor de mp3 trabajé una semana en una empresa china que nunca oí nombrar. Y la lista sigue.

En realidad todo esto empezó cuando MariCel me pidió que le averigue sobre el precio de las entradas de Luis Miguel. Estaban como 500 pesos, creo. Pero no hay más. Agotadas. En la reventa cuestan 1200 pesos. Si, mil-doscientos pesos. Un mes entero trabajando para Luis Miguel. Todo un mes levantandote temprano para eso. Y trabajar para él no es muy grato. O si. Es exactamente igual a tu trabajo de siempre. Con la diferencia de que al final podés ir a verlo cantar. Y si tenés ganas escucharlo. Pero es todo un mes trabajando para él.

¿No querés, mejor, trabajar tres dias juntos para los Fabulosos Cadillacs y que ellos nos dejen ir a al recital? Yo creo que voy a hacer eso, si querés acompañame...

jueves, 26 de junio de 2008

Like Hunter

Para los hermanos Peris, por todo
y mucho más

Fue el Pity el primero en darse cuenta. O mejor dicho el primero en animarse a decírmelo. “Últimamente no me doy cuenta si estás borracho o estás normal”. Y eso es lo que intenté toda mi vida. Como Hunter S. Thompson en Las Vegas. Intentar sacar todo el jugo posible a los pomelos. Ver la vida, la realidad de otra forma.

Creo que alguna vez intenté explicar esto de alguna manera. Existía una teoría que hablaba de eso, “Agregá LSD a tu vida” y una especie de relato que creo que se llamaba “La Solemnidad Diaria” (También está la canciónLavandina, Suavizante, Detergente” pero eso es otra historia) que hablaba de eso. Creo que nunca escribí ninguna de las dos. Pero esto estoy casi seguro de estar escribiéndolo.

La vida es muy aburrida y muy corta para tomarla seriamente. Hay que darse cuenta que la vida es corta pero ancha, como decía AC. Todo puede ser interesante. De cualquier situación se puede imaginar algo totalmente ilógico. Y lo más importante es actuar en consecuencia.

¿Cual es la diferencia entre un loco y una persona normal? Los locos, casi todos, están encerrados. Nada más. Ah... y las personas normales mandan a arreglar los anteojos en vez de atarlos con cinta aisladora. Los menos locos usan cinta scotch, que no se nota tanto.

Esto es un ejemplo de lo que digo. Detrás de un pedazo de cinta puede haber una historia, que puede o no ser real, pero que se transforma en algo real en el momento que alguien la dice o la escribe.

Supongo que esto no tiene un fin claro muy claro es casi un fin en sí mismo, pero sirve para quitar un poco esa idea de que la vida, la vida normal, cotidiana, solemne, etc. tiene que ser aburrida. Es decir ES aburrida pero hay formas de hacerla un poco menos dramática.

Creo que lo que más me gusta es ver la reacción de la gente ante algo que la deja descolocada, sin saber que esperar, hacer, pensar o decir.

Si tengo que inventar una historia en la que Seba se moría por tener una licuadora para que la cajera del supermercado se ría, lo hago. Sin ningún problema. Y eso no se lo esperaba. Y tampoco sabe que es parte de un plan. O de otra forma de vivir la vida. O no se que carajo es, pero habíamos ido a comprar las primeras cervezas del día.

jueves, 19 de junio de 2008

Cosas que me molestan soberanamente I

“No quiero lastimarte….pero” No se por qué pero me quedé con esa frase.
Tal vez porque nunca quise entenderla. Tal vez porque me la hicieron entender a la fuerza. ¿Complicado? Para nada. Y sí, igual que a mi amigo, me molestan mucho las personas que dicen “No quiero lastimarte, pero...”. Es poco creíble.
Creo que el problema siempre está en el pero. Si le sacamos el pero, la frase es más sencilla, más sincera. “No quise lastimarte”. Sinceridad y respeto, “Ok, perdón. Fue sin querer”.
Pero el pero complica todo, porque encierra compasión, o lo que es peor lástima. ¿Y después de eso a quién le gusta la lástima? Al menos yo nunca me lleve bien con ese sentimiento. Me gusta pelear con él, y no me gusta generarlo. Y si lo genero mal por ti. No voy a ser más benevolente con vos por eso. No me va a doler menos. Duele igual.
La frase es una paradoja, “no quiero lastimarte…pero”. El pero ya lastima. No lo digas. No digas nada. Después de todo, siempre se sabe "cuando al punto final de los finales no le siguen dos puntos suspensivos".
Pero nos empeñamos en decirla: “no quiero lastimarte…pero”. A mí me parece que es una frase hecha, para muchos es obligatorio decirla, porque encierra lo que es, pero que nadie se atreve a decirlo sin anestesia: el principio del fin.
¿Pero para que más vueltas? ¿Para que más dolor? ¿Para qué la compasión? ¿Para que complicar las cosas?
De mi parte odio los preámbulos, odio los prólogos, odio los prefacios, odio las introducciones. Odio los peros. Los peros siempre encierran algo que complica las cosas. Como la frase inversa “No quiero quererte…pero”. Siempre esconde algo. Pero sin el pero es lo mismo. Entonces ¿Para qué agregar palabras?
Hay gente que se contenta con el pero porque a veces implica una posibilidad. Pero a veces. En el caso de “no quiero lastimarte…pero” no existe ninguna posibilidad. Ya esta, me lastimaste en el mismo momento que lo dijiste. En el mismo momento que incluiste el pero, en ese instante me dejaste ¿Para que más explicaciones? ¿Para que ser más explícitos? ¿Para qué el pero? Si al final de todo es "el mismo cuento que termina mal".

domingo, 15 de junio de 2008

Cosas que me molestan soberanamente

Me molestan mucho las lapiceras que tienen un capuchón que es de otra lapicera. Y no encaja bien. Nunca. También las que tienen un botoncito atrás y el botoncito no anda.

Me molesta terminar un libro muy bueno demasiado rápido, casi sin poder disfrutarlo. Y más me molesta no poder hacer eso con un libro muy malo.

Me molesta tener una idea en un lugar donde no puedo anotarla. Como por ejemplo cuando me baño. Suelo tener buenas ideas en la ducha. Pero nunca nadie las va a conocer. También eso es culpa de mi Mala Memoria.

Me molesta que se termine algo que es muy barato y fácil de conseguir en un momento en que es muy dificil de volver a conseguirlo. No estoy hablando de cerveza. Pueden ser fósforos. O fernet.

Me molestan mucho las personas que dicen “No quiero lastimarte, pero...”. Es poco creíble.

Me molesta mucho tener que transcribir algo que ya escribí en un cuaderno o algo asi. Sobre todo porque está lleno de errores, falta de sentido, faltas de ortografía y mala sintaxis. Y siempre hay que cambiarle algo. Si fuera por mí, le pagaría a mi abogado para que lo hiciera. Pero tampoco confío en él.

Me molesta mucho tener que levantarme de la cama cuando ya estoy acostado porque me olvidé de hacer algo que tenía que hacer. Sobretodo en invierno.

También me molesta demasiado la gente que habla mal pensando que habla bien. En especial dos palabras: Coletivo en vez de Colectivo y Setiembre en lugar de Septiembre. Y lo peor de todo es que la última palabra es correcto decirla de las dos maneras, dicen.

viernes, 6 de junio de 2008

Reflexiones de una mente trasnochada

No hay que vivir buscando la felicidad. De lo contrario perderás de vista esos efímeros instantes de felicidad que están frente a tus narices...
¡Pobre Pinocho, él si que será siempre un infeliz!

miércoles, 4 de junio de 2008

C.N.I.M.Q.U.C.D.P.

Este artículo seleccionado por "el Negro" pertenece al libro jamás publicado intitulado “Paranoias paranoicas de ayer y hoy” escrito en Villa Ortúzar a principios del 2008 por un autor demasiado vago como para publicarlo

Creo que todo esto de las teorías y puntos de vista sobre el mundo tiene que ver de alguna manera con la libertad. Libertad de pensar lo que quiera y de vivir como quiera (en algunos casos como pueda). Ya que la libertad, aunque existe cierta paradoja que podría hacerla imposible de practicar, empieza por la cabeza.

Por lo menos para mi la libertad es libertad de elección y cuando uno elige libremente es verdaderamente libre.

Los hijos de familias ultra-religiosas por lo general siguen la religión familiar. No conocen otra cosa. No tuvieron la oportunidad de elegir otra cosa. Ahora si vos conoces la las diferentes alternativas y elegís eso, bien por ti. Eres libre.

Cuando dije que para mi la libertad empieza por la cabeza en realidad me refería a otra cosa. A la cabeza, pero del lado de afuera, mas específicamente al pelo. Porque alguien verdaderamente libre debe tener la libertad de elegir como peinarse o cortarse el pelo. Y eso es imposible si le dejan esa tarea a un peluquero. No se puede hablar con un peluquero. En realidad no se le debería hablar a nadie que tenga tijeras o navajas a su disposición. Pero también no se les debe hablar por que no escuchan. O lo que es peor, escuchan y hacen justamente lo contrario de lo que se le pide. Por eso algunos peluqueros son tan caros. Hacen sólo algo parecido a lo que le piden. Y por eso cobran más.

Para comenzar a ser libre abandoné las peluquerías. Hace más de 10 años que no voy a una. Desde que se murió el último peluquero que, a pesar de su oficio, ya estaba cansado de hacer lo contrario y hacía mas o menos lo que uno le pedía. Pero se murió y nunca más volví a una peluquería.

A partir de entonces fui libre de hacer con mi pelo lo que quería. Así también pasaron por mi cabeza maquinas de pelar inexpertas, tijeras desafiladas, tinturas de colores (el mejor recuerdo es de un “rojo Gilda”), crestas, decoloraciones, tijeras afiladas y peinados a lo Clash. No siempre salía bien, pero era parte de ser libre. Libre para equivocarme, pero también libre para aprender de los errores. Libre para escuchar opiniones de los demás y tenerlas en cuenta o no (depende de quien venga). Libre de elegir el color o el momento inadecuado. Libre para elegir. Libre para saber quien se haría cargo de mi pelo. Libre para cortarlo yo frente al espejo. Libre. Total, siempre vuelve a crecer





Nota: el título de presente artículo se debe a esto.


Una verdad oculta

Hace unos días leí una frase que decía lo siguiente: “La inspiración existe, pero te tiene que encontrar trabajando.” Y la verdad que me pareció una muy buena frase. De hecho algunas veces sigo pensando que lo es. Aunque lo importante no era eso, sino que me recordó a otra frase dicha por el alemán, que es entre otras cosas mi amigo y compañero de blog; que decía más o menos así: “Vos escribí, no importa qué, sólo escribí. Porque a escribir se aprende escribiendo.” Ésta, a diferencia de la anterior frase, me pareció absurda y poco alentadora. Pero había algo que me inquietaba de ella y no lograba descubrir que era. Por lo menos hasta hoy.
Podía sentir una vibración oculta detrás de aquella frase sin lograr descifrarla. Quizás sólo era que, por una vez en la vida, había escuchado al alemán. Este tipo delirante que habla todo el tiempo disparando incoherencias, como si estaría diciendo normalidades sin mayores trascendencias. Porque él se encuentra en la clase de gente con carácter peligrosa. Pero peligrosa de escuchar. Cuando estás a su lado, tenés que aparentar que estás entendiendo lo que dice, pero en realidad no lo haces. Es decir, escuchar pero no oír. Decir siempre que si, pero a veces que no. Por las dudas y sobre todo si sos mujer.
Pasaron semanas, meses y años intentando escribir. Pero aquella frase volvía a mi cerebro diciéndome: -¡Dale Negro! seguí intentando aunque no salga ni mierda de lo que estás haciendo.-
Intenté escribir cualquier cosa. No me importaba qué, ni cómo lo hacía. Escribía mientras cagaba, cuando comía; en el viaje al trabajo, camino a casa; escribía sin pensar, pensando, mintiendo; con la mano izquierda, con la derecha, con ambas y no lograba sacar nada interesante. Hasta llegué a pensar que: si lo hacía como el culo escribiendo con la mano, quizás debiera intentar con el culo, lo que no lograba con la mano. Pero me sonó a puto y decidí no intentarlo.
El problema no era poder escribir nada bueno, sino que no podía descifrar el mensaje oculto en esa frase. Y eso empezaba a manifestarse en el incremento de mi ira.
Comenzaba a acumular demasiados escritos y todos malos. Excesivamente malos. Parecía que mi mano tenía un cerebro propio que decidía, por sí misma, que escribir. Porque lo que yo pensaba e intentaba escribir, no era justamente lo que quedaba escrito.
Ya todo esto comenzaba a fastidiarme mucho, como para no volver a escribir jamás. O por lo menos dejar por un tiempo; pero eso no iba a ocurrir.
Al fin un día, sentado en el inodoro intentando escribir otro artículo para el blog, logré darme cuenta la verdad oculta en aquella frase. Pude identificar que era una oración con dos momentos diferentes. En principio me decía que lo que había escrito hasta el momento era una verdadera cagada (sino no se explica la parte “Seguí intentando. Porque a escribir se aprende escribiendo”). Luego, y lo más importante, estaba en la parte que decía: “Vos escribí, no importa qué, sólo escribí.” ¡Claro! De esa forma lograba mantenerme lo bastante ocupado para no entender que haber creado un blog, entre otras cosas, significaba compartir algo entre amigos. Que más allá de estar bien o mal escrito, seguimos adelante con un proyecto que lleva más de dos años. Continuamos inventando historias, teorías y relatos que nos identifican bajo el mismo nombre de Escritoresquenoescriben.

martes, 3 de junio de 2008

Asalto al vacío

El vacío llego para quedarse porque le gusta ocupar un lugar. Le gusta ocupar el lugar más importante y parece que siempre lo logra.
¿Cómo luchar ante algo que no tiene definición, que no tiene esencia, que no tiene dirección?
Si tuviera las respuestas el vacío dejaría de existir. Pero está ahí. Tan quieto e inmóvil que a veces pienso que es parte de mí. Tan silencioso que muchas veces no se deja oír.
Pero a veces quiere gritar y golpea para poder salir.
Y entonces te da opciones: dejarlo ir u ocultarlo para que nunca pueda salir.
Dejarlo ir siempre se torna difícil. Ya te acostumbraste a vivir con él. ¿Qué harías sin él? ¿Hacia donde irías sin el? ¿Qué sería de vos sin él? Y lo peor, ¿Cómo serías sin él?
Es tan difícil imaginarlo que lo más fácil es ocultarlo para que siga siendo parte de vos. Como si siempre hubieses vivido con él. ¿Cómo explicarlo? Es una respuesta que vengo buscando hace tiempo.
Y sin embargo está ahí, solemne, borrando tu memoria y haciéndote creer que tu vida sin él es un agujero vacío.
Es un arma de doble filo, sin el vacío te sentís vacío.

lunes, 2 de junio de 2008

Relaciones de pareja

Hay dos actitudes que se pueden tomar en una relación de pareja: Luchar para que el otro cambie o amar a la otra persona tal como es. Yo soy de los que cambian para que el otro luche.

domingo, 25 de mayo de 2008

Ana Bella

¿Quien es Anabela? Es una pregunta dificil de responder. Porque Anabela es Anita (no la hija del verdugo), es la cajerita, es Ana-bola, es Salci, es Ana-Bellota, pero por sobre todas las cosas Ana-Bella. Es la chica más linda que conocí en mi vida.
Sé que cualquiera puede llegar a verla y no pensar lo mismo. Decir que hay muchas mujeres más lindas que ella, pero eso depende de lo que los demás piensen. Los estándares de belleza cambian todo el tiempo, pasan del invierno al verano, de la bulimia a la anorexia todo el tiempo y son impuestos a los demás por personas que saben todo de todo. Pero la belleza propia de Ana-Bella es distinta.
Yo entiendo la belleza de Anabela como parte de una teoría que nunca escribí (Creo que nunca la escribí...como la teoría de la Mala Memoria). Bueno, la teoría dice algo asi como que "las cosas existen en la medida que la gente cree en ellas". Esto se aplica a todas las cosas desde Dios hasta una lapicera. ¿Existe Dios? Depende de la cantidad de gente que lo crea, algunos llaman a eso fe. Funciona como funcionan las páginas de Intenet o la cantidad de gente que lee un blog o un libro. Existe un libro si nadie lo lee? Y un blog? Esto sólo existe si lo estás leyendo. Es algo así como la pregunta esa de que si hace ruido cuando cae un árbol si nadie lo oye caer. Asi es la belleza de Anita.
La belleza de Anita es única y especial porque existe porque ella cree en su belleza ciegamente. Y por su forma de creer te convence tambien de que es así. Y convence a la banda amiga que le aguanta el corazón y a todos los que pasan a su lado. Es algo contagioso y por eso existe.
Si ella quiere brillar, brilla mas que el sol, con sólo pensar en brillar. Pero no es nada fácil ser así. Porque lo verdaderamente difícil es ser el primero en creer algo. La mayoría que piensa así se encuentra en los manicomios actualmente. Al parecer no lograron convencer a nadie. Pero Anita no es así, no. Anabela te convence, te arrastra a donde quiere y no podés decir que no. Y tiene amigas dispuestas a creer en algo mejor, aunque lo que vivan no sea así. Dispuestas a creer, pero sobre todo a brillar. Porque ellas lo quieren así. Y Ana Bella también.

viernes, 18 de abril de 2008

El fin de la Barbarie

Para los maniqueístas, como para los que adhieren al sistema binario, existen sólo dos posiciones. O están conmigo o contra mí. O uno o cero. Y como todos ven bien estar cerca de la civilización, la barbarie es lo que debe ser eliminado.

“La Barbarie” es el bar de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, en la sede de la calle Ramos Mejía, cerca del Parque Centenario. Es una de las únicas sedes de la UBA donde venden cerveza. La otra es Ciudad Universitaria (el hecho que curse una carrera en cada sede al parecer no es casualidad). Pero este bar, más allá del nombre, se convirtió en blanco para las tropas comandadas por el señor Bush.

Después de una larga investigación, el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica decidió acabar con este espacio. Que literalmente desapareció a raíz del efecto de una bomba “inteligente” (inteligente porque fue a la facultad, pero no tanto, porque destruyó casi cuatro manzanas alrededor). Pero los motivos de Bush no fueron los que se podían pensar en un primer momento.

A Bush no le molestó el póster de Evo Morales, ni que sea un espacio autogestionado que no responde a ningún partido político, ni que apoyen la labor de empresas recuperadas, ni que esten a favor del comercio justo, ni que vendan libros “de izquierda”, ni siquiera le molestó la música subversiva que pasan. Lo que le molestó a Bush, lo que se vio al otro día en las pantallas de la CNN y TN, fueron esas imágenes, provenientes de una cámara oculta en la que se ve claramente a un terrorista detrás del mostrador gritando: Mate!, Mate!, Mate! Y eso no es lo peor. La última imagen que se observa antes de que el misil guiado por computadoras impacte, es la de una mujer que grita a viva voz: árabe!, árabe!, árabe!. Y ya sabemos que al miedo no le gusta el terrorismo. Y a la Civilización no le gusta La Barbarie.

viernes, 11 de abril de 2008

La Vida

No es casual, que cada vez que uno se plantea ciertas cosas, como marcar un camino a seguir, buscar las huellas de lo pasos adecuados, proponerse alcanzar un destino, exista una fuerza mayor a contramano de tus decisiones, que se encarga de que una y mil veces, te desvíes de ese camino.
Una fuerza que se autoalimenta en la medida que transitamos ese camino, manifestándose en cada instante mas notable e identificable a causa de sus amenazas constantes.
Esta tan indeseada fuerza, no es otra cosa que nuestra propia vida. Que parece estar, o mejor dicho está, siempre observando desde la vereda de enfrente, para poder atacar y maltratarte.
En principio la vida parece tener un único objetivo. Tratar que nunca puedas cumplir tus deseos, convencerte que el camino elegido es otra vez el incorrecto, darte a entender que seguís meando fuera del tacho.
Pero en la medida que nos aferramos a nuestras decisiones y seguimos el sendero elegido, nos comenzamos a dar cuenta que la vida no pretende terminar con la construcción de tu destino. A ella no le interesa, de hecho siquiera cuestiona, si el camino elegido es el apropiado o no. Sólo trata de que de alguna manera u otra no lo transites. Insiste de forma constante que cuestiones tu elección.
Pese a las dificultades que en principio presenta el camino, uno sigue firme en su desición y comienza a convencerse que eligió el camino correcto. Y es justo ahí, en éste momento de convencimiento y satisfacción, es donde ella descarga sus mejores artilugios para lograr derribarte. No tolera una manifestación de conformidad y es por eso, que la muy hija de puta, ataca en ese momento y no en otro.
Te das cuenta, que a razón de tus decisiones y convicciones, estás enfrentado con tu peor rival a vencer, con el mas temido y jodido rival, está frente a tus ojos tu propia y temida vida.
Te sentís golpeado, aniquilado, pero seguís y pensás a cada instante sus posibles movimientos, para así lograr ubicarte un paso delante de ella en batalla.
Pero te encontrás sin fuerzas, angustiado, humillado, derrotado. Es casi imposible vencerla, siempre está ahí, para persuadirte, confundirte y dispuesta a lo peor de sí, capaz de irse para abandonarte.
Te tiene debilitado, provocás lástima y euforia al mismo tiempo en los demás.
No lográs distinguir tus decisiones a causa de la inseguridad y ese miedo constante que ella provoca.
La vida es muy dura cuando lo desea, puede tratarte como a un perro abandonado bajo un frío ensordecedor y agonizante. Puede lastimarte, herirte y dejarte tirado donde y cuando ella quisiera.
Entonces la comenzas a odiar, hasta el punto en que te enfureces con vos mismo, y al fin ahí logras descifrar el verdadero objetivo de tu propia vida. El por que hace ésto una y otra vez.
La vida te hace enfrentar contigo mismo, logra abrir tus ojos para ver la maldita realidad. Hace que cuestiones tus deseos y objetivos, tus aparentes convicciones y virtudes. Hace que trabajes en vano, para dar cuenta que la mayoría de la veces no alcanzamos nuestros objetivos, por el sólo hecho de no estar seguros en lo que hacemos. No perseguimos de modo eficiente lo que en realidad queremos. Te hace dar cuenta que un obstáculo, es solo eso, un maldito obstáculo para aprender de él y luego patearlo y dejarlo de lado.

Encontrarte con tu vida, es una experiencia de pocos, logra dar cuenta de lo que en realidad es lo importante, dejando de lado aquellos problemas superficiales que antes eran un todo. La solución no es ganarle la batalla a la vida, sino que entenderla, amigarte y juntos salir para el mismo camino.

lunes, 7 de abril de 2008

Media Verónica


Para mi media hermana, Verónica


Me suelen decir que soy un insensible, que soy demasiado frío. Quizás tienen razón. O quizás sólo tengo sentimientos para mi, y para nadie más. La cuestión es que si algo me conmueve o me emociona nadie se entera. O casi nadie. Y a nadie debería importarle. Pero les importa, y lo que le importa a la gente es el hecho que no demuestre nada. Ni ante la muerte, ni el dolor, ni la desgracia. Nada. Y eso de alguna manera los pone en desventaja. Hay algo que ellos no saben. Y que yo si se de ellos.

Pero en realidad no soy tan así. Muchas cosas me llegan al corazón, peo nadie lo sabe. Incluso cosas estúpidas como una canción o una frase en una película. Pero creo que lo peor de todo fue ese lunes.

Ese lunes. Porque tenía que ser lunes, no podía ser de otra manera. Mi abuelo siempre contaba ese chiste que decía “un tipo se murió un lunes, que mala manera de empezar la semana!”. Ahora que me acuerdo de ese chiste tengo que decir algo. No solo parezco insensible, si no que también tengo un humor demasiado negro. Y ácido. Además es inoportuno, un poco irónico y lo peor de todo es que a veces causa gracia.. Bueno, ese lunes, el lunes que me enteré, mal y pronto, de lo que te pasó me quedé sin palabras, fue algo demasiado extraño para mi, una sensación rara, que no recuerdo haber sentido antes. Fue como darme cuenta de que algo que das por sentado no sea así, una especie de inseguridad que te dice que cualquier cosa es posible, que nada es seguro, y que por eso tenés que valorar todo lo que tenés. Es como pensar en un día en el que el sol deje de salir. Y ese día el sol no llegó nunca, ni siquiera a las nueve de la mañana.

Esa sensación de inestabilidad, inseguridad y falta de reacción continuó hasta que te pude ver. Y un poco más también. Porque cuando te vi ni yo era yo, ni vos eras vos. Yo no estaba haciendo chistes ni vos estabas corriendo de un lado al otro. Pero ahí estabas, con algunos cables de más, el optimismo de siempre y una pantalla para decirme lo que yo ya sabía con sólo mirarte.

Y estando ahí, viéndote tan quietita que no parecías vos, solo atiné a agarrarte la mano, para que tengas donde apoyarte y para que yo me de cuenta que estabas ahí. Que si hoy no sale el sol puede salir mañana. Para darme cuenta de qué es lo importante y que lo demás no importa. O importa muy poco. Cuando algo así borra todo, de pronto no importa que la cartera combine con los zapatos o que me olvide de lavar las zapatillas. Todo eso de pronto deja de tener sentido.

Pero ahora estas mejor, sos vos otra vez y yo, para bien o para mal, vuelvo a hacer un chiste que no debería hacer, o si, pero de alguna manera este titulo y esta dedicatoria significan que lo peor ya pasó. Que yo soy yo. Y vos sos cada vez más vos. Otra vez.

jueves, 13 de marzo de 2008

Por que en el cielo no hay...



Gracias a Jah que en el cielo no existe internet. Si Bob Marley viera esta foto estaría atragantado con su propio porro.

martes, 15 de enero de 2008

Donde escriben los que no escriben

Todo empezó con un chiste que no me acuerdo como decía. Pero la idea era mas o menos esta: escribir una tesis sobre las manifestaciones de la cultura popular que se mantenían dentro de la cultura popular. Los elementos elegidos para analizar fueron dos: lo que la gente escribe en los billetes de dos pesos y las firmas que dejan los internautas en los fotologs. Así empezó todo.
Ahora tengo 27 billetes de dos pesos -son la nada despreciable suma de 54 pesos- con algún tipo de inscripción en él (pienso que el número 27 no es algo casual en mi vida, pero esa es otra película). 27 billetes escritos por alguien, para alguien, por algo.
Lo de los billetes surgió también por azar, luego de ver pasar por mis manos una increible cantidad de dinero. Y todo eso de nuevo por casualidad. Fue justo después de descartar los mensajes de texto por considerarlos algo muy personal, alejado de los medios de comunicación. No generan un llamado de atención general como las incripciones que circulan de mano en mano. Y lo de los fotolog surgió porque son, por la forma en que están escritos, lo más parecido a un mensaje de texto, pero públicos. Y en parte también por la inscripción de un billete de dos pesos en particular. El mensaje que contenía era el siguiente:

Ya me imagino la tapa del libro, el título ("Billetes de dos pesos y fotologs: Donde escriben los que no escriben") Prólogo de Pablo Alabarces. Un hermoso libro donde conviven el Gauchito Gil, San Cayetano, listas de supermercado, bandas de rock, declaraciones de amor, direcciones de mail y propuestas indecentes. Todo eso y más. Sumado a las firmas de fotologs que muestran saludos, links a otras páginas, mails, propuestas indecentes y, por que no, declaraciones de amor. Y todo sin censura, sin supervisión, sin reglas de ortografía. Al alcance de todos, para leerlo, pero también para escribirlo y ser protagonista, anónimo y no tanto. Pero protagonista al fin.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...