La amistad es
como el sol, aun cuando un amigo está lejos podemos sentir su influencia. No
estoy hablando de 149.600.000 kilómetros, pero tal vez la distancia entre
Buenos Aires y Colombia. O de Buenos Aires y el pueblo de Las Heras en Santa Cruz.
O tal vez solo los 150 kilómetros que separan la capital de Baradero. Es como
el sol porque es lo que a veces nos hace levantarnos. O lo que hace que un mal día
se un mejor día. O un buen día sea un día aun mejor.
Tengo un amigo
que es como el Sol, está siempre aunque no lo veamos.
Tengo un amigo
que es como el Sol, siempre da vueltas y nunca llega a ningún lado.
Tengo un amigo
que es como el Sol, le gusta estar siempre cerca de las nubes.
Tengo un amigo
que es como el Sol, sale todos los días.
Tengo un amigo
que es como el Sol, no se sabe que hace a la noche.
Tengo un amigo
que es como el Sol, pero se cree que es una estrella.
Tengo amigas que son como el Sol, esperan que pase
el invierno para irse de vacaciones a la playa.
Tengo una amiga
que es como el Sol, brilla con luz propia entre tanta oscuridad.
Tengo un amigo
que es como el Sol, hace crecer lo que es importante.
Tengo un amigo
que es como el Sol, todo gira en torno a él.
Tengo un amigo
que es como el Sol, hace de este planeta un lugar mejor.
Mis amigos son
como el Sol, con todo lo bueno que implica. Pero mis amigos también son el hijo
de puta que entra por la ventana un domingo a la mañana para despertarte y vos
tenés resaca y no querés levantarte. Pero igual no les importa nada, te
despiertan. Como un Sol.