domingo, 28 de octubre de 2007

Documento sin título

Todas las historias (incluso esta) comienzan con un título. Pienso que eso está muy bien, pero a veces se torna complicado titular algo que no sabés como va a terminar. Por ejemplo, un partido de fútbol: se lo titula “Superclásico” y cuando termina te das cuenta que ese cero a cero no tiene nada de súper. Pero el título ya estaba puesto. Creo que para titular algo con final incierto es mejor tener un par de opciones, para poder elegir que título le va mejor a esa historia.
Si hablamos de historias que no sabemos como terminan, las historias de amor son un caso típico. Mi historia de amor (o desamor), esa historia que no se como va a terminar – aunque tampoco sé como va a empezar, pero eso es otra historia- tiene varias opciones de títulos posibles:
“Estoy en contra de la eugenesia, pero en tu caso puedo hacer una excepción”
Es que somos tan lindos, tan arios, tan rubios que un hijo nuestro debería estar prohibido, aunque nuestra intención no sea el mejoramiento de la raza, ni somos parte de un plan secreto de Mengele, nos queremos tanto (o nos vamos a querer) que esto es casi inevitable.
”No creo en las casualidades, pero ya parece que me estás cargando”
Cuando piensa en las millones de personas habitan y habitaron este mundo, los millones de kilómetros cuadrados que el mismo posee, no puedo dejar de pensar en que el hecho de que alguna vez te haya cruzado es una casualidad muy grande. Pero que además trabajes en el bar que voy todos los días me parece demasiado. Entiendo que los dos simpaticemos con las ideas anarquistas, porque de anarquistas está lleno este mundo (aunque pocos lo saben). La gota que colmó el vaso fue ese día que te encontré en el colectivo que me tomo siempre para volver a mi casa. Ya es demasiado. O me estás cargando o estamos hechos el uno para el otro y nada ni nadie nos puede separar jamás.
”Monosyllabic Boy”
Se que puede parecer raro tomar una canción de NOFX para describir nuestra historia de amor, pero lo que me pasa es que cada vez que te veo tu belleza me deja sin palabras. O por lo menos con pocas. En serio. A mi que siempre se me ocurre algo que decir. Inclusive en ese velorio al cual no debería haber ido. Pero con vos me quedo mudo. O casi. Lo máximo que puedo decir, y con mucho esfuerzo, es un tímido “no” o cada tanto un pálido “si”. Sin palabras.
”De como en vez de salir a navegar juntos, me hundí en el azul de tus ojos”
No estoy seguro de que alguien pueda tener ojos azules, pero me suelo perder en esas profundidades. No sé si es algo poético u onírico. Porque cada vez que te veo estoy muy cansado y tengo mucho sueño. Y al dormirme mirando tus ojos puede ser que me duerma y sueñe con naufragar en ese mar. Aunque a veces sueño con helados también.
”Ella baila sola”
Nunca vi a nadie tan alegre y despreocupada como vos. Siempre una sonrisa en los labios, dejándote llevar por la música, bailando sola entre las mesas, toda corazón y pulmón, haciéndote canción entre tanto silencio. Sos como las flores en los tachos de basura. O tengo que cambiar las canciones de mi MP4.
”El celeste de tus ojos me hace acordar a otra persona y eso también me gusta”
Ahora estoy casi seguro que tus ojos son celestes. Y ese es un color que ahora me gusta, no se porqué. Quizás porque tiene algo de inalcanzable, de algún lugar a donde nunca se va a llegar. Por eso el cielo debe ser celeste, celeste como tus ojos. Dicen por ahí que “el que quiere celeste, que le cueste”. Y no tiene que ver con colores, ni cuerpos celestes (o tal vez si). Pero si llego alguna vez a algún lugar, me gustaría comer un helado de crema del cielo con vos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ajajaj. prefiero el dulce de leche granizado. crema del cielo comia cuando de inguenua niña no me daba cuenta del asqueroso colorante con que nos venden una retorica azucarada.
Gracias. me levantastes una sonrisa! Igual sinceramente no toy segura de quien seas.
ah. y creo q mis ojos son verde maria.

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