lunes, 30 de noviembre de 2009

A favor del campo II: Manu Chao en All Boys

-Con ese agujero en el pantalón y tomando cerveza del pico parecés un hooligan – Me dijo Cartucho mientras viajábamos en el auto del Pity al estadio de All Boys a ver a Manu Chao por segunda vez en el año.

Había llovido todo el día, pero la luna asomaba entre las nubes e iluminaba el estadio. Los policías vigilaban el transito y las botellas. Los vendedores vendían (panchos, cocas, cervezas, maní, sanguchaos y.... brownies) Y todos avanzaban lentamente hacia la puerta. No tan lentamente, pero era muuuuuuy larga la cola. Demasiado. Cuando íbamos por la mitad empezaron a sonar los primeros acordes de la Radio Bemba. De alguna manera sabíamos que todavía había mucho tiempo para disfrutar la noche. Nada de corridas.

Y arriba la luna oeeeeaaaa



Entramos al estadio al lado del escenario, un pogo tranquilo se mezclaba con los bailes de la platea y el humo que subía hasta casi tapar la luna. Arriba del escenario ni luces de colores, ni decorados extraños, no esas cosas. Sólo músicos y música. Abajo bailes, gente (mucha) y barro. Mucho barro, pero a nadie parecía importarle. Todos saltando y cantando en el barro como si fuese Woodstock. O como si tuviésemos siete años.

Arriba no hay barro, pero igual se divertían. Y no paraban, ni un minuto. Se fuerza la maquina, de noche y de día. Un reggae dejaba paso a un pogo salvaje, a Mano Negra, a Tonino Carotone, a otro reggae, a una canción tradicional mexicana, a la vaca loca, a Tijuana, a me gustas tú, a otro reggae y vuelta a empezar. Una y otra vez. Y después, Mala Vida. Ahí saltamos hasta llegar adelante. Como un hooligan abrí el camino. Y ahí de nuevo: Garbancito, me ato los cordones llenos de barro y me queda la Mano Negra, Fermín Muguruza, los locos del Borda y otro reggae. Todo sin parar. Casi sin respiro. Se van cien veces y vuelven otras cien, otras quinientas. Las luces se prenden, los músicos se van, pero vuelven. A Floresta. A cantar y a saltar. Ellos no dan más y nosotros tampoco. Pero seguimos. Y cuando todo termina nadie se va. Estamos locos y Manu lo sabe y nos lo dice. Y seguimos cantando y ellos tienen que salir y seguir. Se va el baterista y seguimos. Con las luces prendidas, el barro, la luna. El tecladista se quiere ir, pero seguimos casi como un desafío. Manu pregunta: ¿Quieren más? Y si.

Verlo en el escenario, con esos collares, la camisa abierta, la banda es casi como ver a Bob Marley. Para los que nunca lo vimos a Bob, supongo. Es la resistencia musical, la rebelión internacional, la lucha desde el margen de la ley. Bob simulaba ser atravesado por balas cuando tocaba. Manu también lo hace. Pero el también contraataca, con música, con su postura, con rebelión, con la insurrección. Pero sobre todo con la música. Y en la guitarra empieza a sonar “Machine Gun”.

Es lunes. Ayer, domingo, tocó Manu Chao en All Boys. La única persona que le hubiese gustado ir a ver a Bob Marley (y no sólo comprar una remera) no fue. Si estoy hablando de mi abogado. Pero la vida, como el fútbol y la Playstation, da revancha.

Es lunes. Dormí cuatro horas. Estoy trabajando. Estoy cansado. Me llega un mensaje de

Cartucho. Dice: “boy oooo! ....boy oy oy oy oooo!!"

Y la fiesta sigue.

5 comentarios:

Tu abogado dijo...

Aún es lunes y me llega un mensaje. Es MatiasF invitandome a el recital de Manu Chao que toca mañana en el estadio Malvinas Argentinas. Creo que este tipo se contagió de Manu y parece no darse respiro.
Así que, Gracias y hasta mañana!

Anónimo dijo...

Tardé en enterder el título. Pero mi hijo me aclaró la duda.
Yo estoy a favor de la platea.
-Susana de Caballito-

Anónimo dijo...

yo tampoco entendia, por momentos crei que defendias a la gauchocracia,ja, Aguante el campo!!!

Soledad Arrieta dijo...

Tarde per seguro (a).
Acá tocan el sábado, pero la verdad es que no me llaman mucho la atención. Hay muchas cosas de esta bandas regee que me sacan de quicio. Ejemplo: La semana pasada estuvo Resistencis suburbana, a quienes les admiro mucho (o comparto mucho o avalo mucho o no sé) la forma en la que vuelcan su ideología. Sucede que iniclamente iban a tocar en un lugar, a 20 pe la entrada (lo cual ya me había generado un poco de rabia, pero quería ir). De un momento a otro decidieron cambiar a otro lugar (un boliche top top, puaj) y cobrar 50 pe. Que guachos! Con su cabeza, no deberían tocar en el parque central brindando un espectáculo libre para todos.. Digo, que se yo.
Me gusta ver la ideología plasmada en actos, no en palabras. Hasta krstina habla muy bien, pero hace lo inverso (perdón, no quisiera politizar el blog).
En fin, que tierno de tu parte invitar a tu abogado (negro?) Matias. Yo también prefiero el campo en los recitales (valga la aclaración, gorilas afuera)
Y ya que estamos, Negro, ya que es el único lugar en el que puedo encontrarte, dejá de darle ideas a Ernesto vos, que se pone indomable despuès! Gracias por leerme che.

Cariños a todos (matías, Negro, Abogado, Anónimo y Anónimo2)!

Isabel Estercita Lew dijo...

Manu Chao es poderoso, me gustó tu forma vívida de contar esta experiencia, y las que describís más abajo.


Estercita

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