martes, 18 de diciembre de 2007

Una estrella fugaz

Una vez más no tenías razón.
No están tan buenos. Por lo menos en su conjunto. Supongo que deben ser mejores cuando hay necesidad o como novedad. Pero cuando no hay necesidad y la novedad no es novedad....No están tan buenos.
Los ceniceros son muy caros (igual nunca pensé en llevarme uno), la cama es algo hóstil, grande, pero hóstil. Y toda la habitación produce una idea de fugacidad, esa sensación de que es sólo un lugar de paso, que esperan que te vayas pronto, como las cajas de los supermercados y los locales de Mc Donlad´s. Pero por lo general en los locales de Mc donlad´s siempre hay lugar. Y siempre hay uno cerca cuando tenes hambre.
Claro que hay cosas positivas. Pero algunas son sólo circunstanciales. Es bueno tener una televisión y acostarte con alguien al lado. Pero supongo que me gusta la televisión porque no tengo una en casa. Y me gusta la compañia porque ahora estoy sólo. Aunque la verdad, cuando tuve a alguien que me acompañaba siempre; prefería ver la televisión. (algo asi como "prefiero ver el partido de Boca a partirte la boca").
Lo que si vale la pena son los espejos. Eso no puedo discutirlo. Ese reflejo voyeur vale la pena. Ese reflejo que antes veía sólo en ese televisor apagado. Y que ahora refleja todo como si fuera un narrador omnisciente. Por los espejos si, por eso valen algo la pena.

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