jueves, 20 de diciembre de 2007

Perdiendo el respeto

En la medida que nos acercamos al verano, es notablemente evidente la carencia de respeto del hombre hacia la mujer. Nadie discute que el calor es un estímulo sexual muy satisfactorio, pero no creo que éste sea el factor determinante del asunto.
El problema de los hombres con el calor, son las mujeres. Y es que ellas caminan por las calles cada vez más ligeras de ropa.
Visto de esta manera pareciera ser un inconveniente sin demasiada trascendencia. Pero lo que en realidad molesta, es el rol del hombre frente a una mujer en los lugares públicos. Toda mujer aumenta su autoestima cuando percibe la mirada de algún hombre, pero el problema es que en la mayoría de los casos esa mirada pierde el límite que debería imponer el respeto. Ante la ausencia de éste, esa mirada que tendría que resultar dulce, sin mas deseo que el de alimentar un ego y compartir una sonrisa, se convierte en una mirada abrumadora, incomprensible y hasta a veces innecesariamente exagerada.
Si de algo estoy seguro, es que en la vida no se puede conseguir nada, de buena manera, sin la presencia del respeto. Cuando se pierde este valor, es cuando las mujeres son indiferentes a tus miradas.
El respeto, que funciona como una suerte de coraza que ataja los sentidos más salvajes que poseemos dentro, es lo que contiene y reprime los impulsos violentos. Cuando esta coraza se va partiendo comienzan a filtrarse las cosas horribles del ser humano.
Lamentablemente los hombres tenemos una coraza frágil que se parte fácilmente con el calor. Y con el adicional de que las mujeres son más provocativas durante el verano, solo se forma un ambiente deseado para algunas personas pero muy desagradable para otras.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...