miércoles, 8 de agosto de 2007

Fito Superestar

Siempre pensé que Fito Páez era una especie de Dios, un mesías que venía a revelarnos la verdad a través de sus canciones. En realidad siempre no, creo que desde esa tarde en el puerto o quizás lo creí de verdad (eso de sentirlo en las entrañas) esa noche en la casa del Seba, cuando el negro empezó a cantar esa canción que decía: "Hay dioFito Santo....."
Desde esa revelación, escuchar una canción de Fito Páez era similar a la lectura de un salmo, casi una experiencia religiosa. ponía su haz de luz sobre cosas que siempre estuvieron delante de nuestros ojos pero no sabíamos interpretar. En esos tiempos lo único que existía para mi era el Evangelio según Páez.
La devoción por Fito me hizo ver mejor la realidad. Me di cuenta, después de la grabación de Enemigos Íntimos, quien era en realidad el enviado de lucifer a corromper la raza humana. Encontré paz en cada uno de sus discos. Mi vida se vió atravesada por los versos del rosarino, cada estrofa era un mundo nuevo para mi.
Me di cuenta de muchas cosas, encontré el amor después del amor, me di cuenta de las posibilidades infinitas del camino y le di muy poca importancia a donde tenía que llegar. Mi vida se proyectó entre miles de mariposas technicolores. Fueron dias felices donde mi vida rodaba en ciudades de pobres corazones. Por fin alguien ponía fin a mi ateísmo.
Pero nada es fácil de mantener. Y menos una divinidad. Su figura inmaculada se vio un dia manchada y todas sus verdades cayeron de un segundo a otro. Sólo existe la perfección perfecta, dijo alguna vez un periodista de cuyo nombre no quiero acordarme, y tenía razón. La divinidad no acepta pasos en falso y Fito dió ese mal paso. Sucedió en un lugar inesperado, en el momento más inesperado. Dicen que las cosas que realmente te cambian la vida suceden así, de un momento a otro, sin avisar. Un domingo a la noche. Un martes al mediodía. Hablando con una persona que conozco de nuestras simpatías por diferentes clubes de fútbol me comentó que era simpatizante (no dijo hincha, dijo simpatizante) de Newell’s Old Boys de la ciudad de Rosario. Le pregunté si él iba a la cancha a ver a su equipo preferido todos los domingos, y lo que me contestó me hizo darme cuenta de mi error, de la total falta de divinidad de Fito Páez. Me dijo que no. Y ahí me di cuenta y le dije: Entonces Fito Páez mentía, Rosario nunca estuvo cerca...

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...