miércoles, 15 de junio de 2011

Cantitos



El partido es Boca – San Lorenzo. O San Lorenzo – Boca porque es la cancha de Sal Lorenzo. Aureliano Torres toma la pelota, esquiva a uno, a dos. La pisa. Hace una pausa. Y de la tribuna baja un un cantito, primero como un murmullo y después con la firmeza de un grito: Pa – ra –guayo! Pa – ra – guayo!.
Aureliano se envalentona, como los soldados de la guerra de la Triple Alianza y esquiva a otro. Los gritos aumentan en intensidad. Elude al último y se va. Sólo. Solo una patada lo puede para r. Y lo para. El árbitro cobra foul y amarilla. El partido sigue.
De la tribuna local baja otro canto, primero como un murmullo y después si se escucha claramente: “Son la mitad más uno, son de Bolivia y Paraguay”. El árbitro detiene de inmediato el partido. Las reglas dicen que cualquier catico que tenga contenido discriminatorio provoca la inmediata suspensión momentánea del partido. El partido se detiene.
Y donde está el insulto racial. Quizás en la cabeza del árbitro. Tal vez en la boca de los hinchas. Quizás en la palabra Boliviano. Tal vez no lo sé.

***

Peñarol está en la final de la Copa Libertadores de América. Puede ganarla o no. Francescoli, figura de la selección Uruguaya es uno de los ídolos indiscutidos de River. Cuando Francescoli hacia un gol en el estadio Monumental de Núñez, desde la tribuna baja un aliento, cantito ensordecedor: U – ru – guayo! U – ru – guayo!.
Entonces Enzo levanta su mano izquierda, se toca el pecho con la mano derecha, acariciando el escudo de River o su corazón. O quizás las dos cosas, como agradeciendo.
La figura de este Peñarol 2011 se llama Martinuccio y es argentino, hizo las inferiores en Nueva Chicago y pasó al futbol uruguayo en 2009.
No sé bien porque pero imagino que si Martinuccio hace un gol en el Centenario, digamos en la final de la copa, y va a saludar a la hinchada, a su hinchada que de golpe grita con todas sus fuerzas : Ar – gen –tino! Ar- gen –tino! Algo va a sonar fuera de lugar.
No sé bien por qué, pero va a sonar casi como un insulto. Y tal vez al árbitro le de por detener el partido. Tal vez no.

2 comentarios:

messiel' dijo...

Imaginate vos con la 9 que dejó Palermo...y que de la tribuna y la 12 se escuche: A-le-mán, A-le-mán, A-le-mán. Y vos, con una mano en alto agradeciendo y con la otra levantando una Palermo bien fría.

MatiAsF dijo...

Quizás es pedir demasiado... quizás es cuestión de tiempo...

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