viernes, 23 de julio de 2010

En Bici


Ahora sí, parece que ya empiezo a entender
Las cosas importantes aquí
Son las que están detrás de la piel
Y todo lo demás...

Estoy volviendo a mi casa, son un poco más de las doce y tengo que volver. Mañana me tengo que levantar temprano o no tanto. A las siete estaría bien. Y es jueves.
Tengo que pedalear porque hace frío. Y sólo puedo escuchar una canción. Cuando no tenía la bici podía escuchar siete o diez canciones en el camino hasta lo de el Negro. Ahora no, y eso no es tan malo. En parte es culpa de él. Mi bici está como está gracias a él.
Mi bici es la misma que hace muchos años. Una playera amarilla, algo despintada y con unas caritas felices que todavía sonríen. Yo no le pido mucho a ella y ella tampoco a mí. Me lleva y me trae entre los autos. Y eso es más que suficiente.

Empieza donde acaban mis pies
Después de mucho tiempo aprendí
Que hay cosas que mejor no aprender.

Estoy pedaleando y hace frío. Sólo en las manos en realidad. En la cabeza tengo mi gorro coya de alpaca que me compré en Bolivia. Flamea con el viento casi igual que mi rueda delantera con el empedrado de la calle.
Me parece casi como una película estar pedaleando por Buenos Aires. Parece otra ciudad, casi como la ciudad que una vez abandoné (o ella me abandonó)
Por lo general el camino de ida es para el Robe Iniesta y Extremoduro.
La vuelta, con el gusto del vino todavía en los labios, exige ser más calma.
En este caso, Fito Cabrales…

El colegio poco me enseño... si es por esos libros nunca aprendo a:
Coger el cielo con las manos
A Reír y a llorar lo que te canto
A Coser mi alma rota
A Perder el miedo a quedar como un idiota
Y a empezar la casa por el tejado
A poder dormir cuando tú no estás a mi lado


Y en el camino empiezo a pensar. Que quizás no puedo estar mejor de lo que estoy. Tengo todo lo que quiero, que no es mucho. Algo de libertad. Gente que me quiere. Gente que no.
De golpe todo el pasado desaparece. Sólo existe el presente y sólo existe como punto de partida. No me olvido del camino que me trajo hasta acá, pero el que lo recorría era otro. Yo soy otro.

Menos mal que fui un poco granuja
Todo lo que se me lo enseñó una bruja
Ruinas... ¿no ves que por dentro estoy en ruinas?
Mi cigarro va quemando el tiempo,
Tiempo que se convirtió en cenizas
Raro!! no digo diferente digo raro!!
Ya no sé si el mundo está al revés
O soy yo el que está cabeza abajo

Y pedaleo una vez más en mi bici amarilla, voy a contramano en una avenida (es más fácil llegar así) esquivando semáforos. Paso por abajo de un andamio, esquivo unos perros y ya estoy llegando. Podría estar en otro lado ahora y no me sentiría tan bien. Esquivo un colectivo y ya estoy llegando.
El dia ya se terminó, la canción está cerca de terminar.
El camino queda atrás, con un par de cosas más.
Estoy llegando y nadie me espera. Yo no espero nada de nadie, pero creo que hay un futuro que está esperando por nosotros.

El colegio poco me enseñó...
Si es por el maestro nunca aprendo a:
Coger el cielo con las manos...

3 comentarios:

messiel' cartous dijo...

...maravilloso!!. Me identifico mucho con eso. Ando en la bici pensando las cosas mas importantes de la vida, que, creo hay que pensarlas antes de dormirse por la noche.
Alguien me dijo:`lo sencillo es lo que funciona", y la bici es eso....sencilla y funciona a la perfección para lo que se hizo.

Negro dijo...

Esa es la actitud! Es momento de poner una biciclibreria que se llame "Escritores que pedalean".
Messiel' cartous sos más que parte de todo esto.

Mónica dijo...

placer para el alma leer el blog. Mónica

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