domingo, 6 de diciembre de 2009

Sobre mi buena suerte II

La buena suerte no es tan buena como se puede llegar a creer. Un golpe de suerte es algo positivo. Pero la buena suerte permanente es casi como una condena. Es algo que lo tapa todo, lo cubre todo y no deja ver nada más que eso. Y el problema es que no se puede controlar o predecir cuando termina. Y ahí si que te quedás sin nada. Pero sin nada de nada.
Supongamos que tengo buena suerte. Entonces no tengo nada más. No necesito nada más. Si tengo suerte con las mujeres no sé si de verdad le gusto a alguna. Si me va bien el la facultad no sé si es porque tengo conocimientos suficientes sobre el tema o si es por que se una sola cosa que me preguntaron de casualidad (o de pura suerte, mejor dicho) lo sabía. Si le gano un partido al Playstation al Negro me dice “Fue suerte, ese gol fue de suerte”. Y no sé si es verdad. En conclusión: tener buena suerte me hace dudar de mis capacidades y habilidades. ¿Soy bueno en algo o sólo tengo suerte?
Entonces la buena suerte sirve cuando se presenta como algo extraordinario, un golpe de suerte, un beso de la diosa fortuna. Como rutina, como forma de vida, la buena suerte es casi una maldición que se parece demasiado a la mala suerte, un telón que tapa todo lo que somos, que nunca deja ver que es lo que pasa en el escenario. Algo que puede desaparecer y dejarnos sin nada. Por que no sabemos bien si ese escenario existe.
Yo tengo suerte. Del tipo que parece una maldición. Pero hay algo que me da cierta ventaja. Sé que esto es así. Me di cuenta de eso y tengo una estrategia para cuando la buena suerte decida abandonarme. Y lo que hago es esforzarme más. Escribir, estudiar mucho aunque me tomen en el examen una sola pregunta que ya sabía de antemano. Leer aunque no lo necesite, todo lo que pasa por mis manos, tratar de conquistar mujeres imposibles, aprender de todo y de todos, trabajar. Intento reunir todas las habilidades posibles para el día en que la suerte me abandone estar preparado. Mientras tanto, no se si por que sí o por todas estas cosas que hago, la suerte está conmigo. Para bien o para mal.

5 comentarios:

Tyler Durden dijo...

Buen tema para tratar...y sí, la suerte está en todo. Ahora bien, es difícil distinguir cuando se trata de suerte y cuándo no, creo que lo único que uno puede hacer es sospechar.

Creo que también uno tiene que darse crédito por lo que logra, pero no agrandarse porque cada actividad, cada evento es el resultado de cientos de variables que se fijaron de alguna manera. De esos cientos, podremos haber incidido en no se, cuántas? cincuenta? Ok, cincuenta y cinco, ponele, como mucho...a veces son variables de gran peso en la ecuación del destino, otras no tanto, pero en cualquier caso, gran parte del resultado se ve librado al azar. Es por esto que, como vos decis, es muy probable que las cosas no nos hayan salido como queríamos porque nosotros hayamos hecho algo sino más bien hayamos caido bien parados de pedo.

Saludos!

Soledad Arrieta dijo...

Claro, es que como dije en algún momento, yo no creo en la suerte. Es decir, te está yendo bien en todo (si algún día comporbamos que fue suerte por lo tanto que la suerte existe y que es toda tuya, me convidarías un poquito?) y creo que de alguna manera (tal vez inconsciente) vos estás provocando eso. Digo, si estudiás mucho mucho y te va bien, no necesariamente fue suerte, seguramente sea producto de tu arduo estudio (qué estudiás?). Si te levantás a una mina imposible, seguramente tenés algún atributo interesante (mmm). Si le ganás al Negro con la play es porque quizás tenés más práctica, más habilidad o porque al negro le molestan los ruidos que emiten cuando juegan como si estuvieran teniendo un orgasmo fascinante y se desconcentra.
Reitero: No creo en la suerte.
Terminé mi carrera con promedio 9, tengo un trabajo medianamente bueno, nunca me faltaron hombres, acaban de premiarme unos cuentos por lo que posiblemente publique al fin mi ansiado librito... Y? Me gustaría atribuirme algo por todos estos logros. Si fuera suerte, y nada más, prefiero bajarme un frasco de clonazepan con un rico malbec mientras retumba un libertango en los ecos de lo que queda de mi cordura y fue. Quiero ser protagonista de mi vida.
Y creo que vos te estás robando protagonismo con esto (humilde opinión de una desquiciada nihilista).
Cariños!

Anónimo dijo...

vamos al hipodromo?
seba

más dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
más dijo...

Te entiendo, yo también para los demás tengo excelente suerte. Es extraño, pero tienes razón la buena suerte te hace dudar de tus capacidades; y también provoca en los demás ciertos resentimientos "raros".

Interesante tener un plan B, para cuando la suerte te abandone, estoy empezando a idear el mío.
Saludos

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...