lunes, 7 de abril de 2008

Media Verónica


Para mi media hermana, Verónica


Me suelen decir que soy un insensible, que soy demasiado frío. Quizás tienen razón. O quizás sólo tengo sentimientos para mi, y para nadie más. La cuestión es que si algo me conmueve o me emociona nadie se entera. O casi nadie. Y a nadie debería importarle. Pero les importa, y lo que le importa a la gente es el hecho que no demuestre nada. Ni ante la muerte, ni el dolor, ni la desgracia. Nada. Y eso de alguna manera los pone en desventaja. Hay algo que ellos no saben. Y que yo si se de ellos.

Pero en realidad no soy tan así. Muchas cosas me llegan al corazón, peo nadie lo sabe. Incluso cosas estúpidas como una canción o una frase en una película. Pero creo que lo peor de todo fue ese lunes.

Ese lunes. Porque tenía que ser lunes, no podía ser de otra manera. Mi abuelo siempre contaba ese chiste que decía “un tipo se murió un lunes, que mala manera de empezar la semana!”. Ahora que me acuerdo de ese chiste tengo que decir algo. No solo parezco insensible, si no que también tengo un humor demasiado negro. Y ácido. Además es inoportuno, un poco irónico y lo peor de todo es que a veces causa gracia.. Bueno, ese lunes, el lunes que me enteré, mal y pronto, de lo que te pasó me quedé sin palabras, fue algo demasiado extraño para mi, una sensación rara, que no recuerdo haber sentido antes. Fue como darme cuenta de que algo que das por sentado no sea así, una especie de inseguridad que te dice que cualquier cosa es posible, que nada es seguro, y que por eso tenés que valorar todo lo que tenés. Es como pensar en un día en el que el sol deje de salir. Y ese día el sol no llegó nunca, ni siquiera a las nueve de la mañana.

Esa sensación de inestabilidad, inseguridad y falta de reacción continuó hasta que te pude ver. Y un poco más también. Porque cuando te vi ni yo era yo, ni vos eras vos. Yo no estaba haciendo chistes ni vos estabas corriendo de un lado al otro. Pero ahí estabas, con algunos cables de más, el optimismo de siempre y una pantalla para decirme lo que yo ya sabía con sólo mirarte.

Y estando ahí, viéndote tan quietita que no parecías vos, solo atiné a agarrarte la mano, para que tengas donde apoyarte y para que yo me de cuenta que estabas ahí. Que si hoy no sale el sol puede salir mañana. Para darme cuenta de qué es lo importante y que lo demás no importa. O importa muy poco. Cuando algo así borra todo, de pronto no importa que la cartera combine con los zapatos o que me olvide de lavar las zapatillas. Todo eso de pronto deja de tener sentido.

Pero ahora estas mejor, sos vos otra vez y yo, para bien o para mal, vuelvo a hacer un chiste que no debería hacer, o si, pero de alguna manera este titulo y esta dedicatoria significan que lo peor ya pasó. Que yo soy yo. Y vos sos cada vez más vos. Otra vez.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

como siempre te digo matute, sabes q te admiro por demas..y mas cuando te pones a escribir...y con esto la verdad sin palabras...para todos los q dicen q no tenes sentimiendos...los demostras a tu manera..a vos Vero fuerza hnita de mati!!! te quiero pibaaaa! =)
mati a vos tmb cajerito amigo! es muy lindo lo q escribiste...y la verdad no tengo mas nada q decir...lo dijiste vos en tu escritura...como siempre!

anitaaa!

Anónimo dijo...

No te preocupes Aleman. No es necesario que demuestres todo el tiempo como sos. Lo importante es estar ahí, donde te necesitan. Y mejor aún es recibir tu apoyo sin que te lo pidan.

Negro

Anónimo dijo...

Pase por el blog y leí, que conste. Muy bueno hermanito. Niño. Enfermo. O como mas les guste llamarse, en fin... Muy bueno.
La niña de hule!

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