viernes, 28 de noviembre de 2008

AUTOESTIMA

DEFINICIÓN : cosa que usan los que se ignoran a sí mismos.

Hay personas que no existen... y por eso, se creen DIOS

jueves, 27 de noviembre de 2008

Mujeres

En la vida de un hombre siempre hay cosas que vienen primero y cosas secundarias. En todo hay un orden de prioridades. En mi vida siempre fue: primero Factótum y después Mujeres.

Pero ahora estoy casi obligado a hablar de Mujeres, nada de factotums. Primero, porque es casi lo más importante, segundo porque tengo problemas con las mujeres. O mejor dicho, tengo problemas con escribir sobre mujeres. Y mi biógrafo y abogado de alguna manera u otra lo tiene que saber.

El principal problema que tengo es que no puedo escribir algo dedicado a la mujer con la que estoy, a la que le dedico mi tiempo y parte de mi vida. No sé bien por qué. Supongo que hago otras cosas por ella, pero escribir no. No me sale. O lo que me sale me parece demasiado falso, como esas frases que le roban a Béquer o que salen en los chocolatines “Dos Corazones”. Ahora que me acuerdo creo que todavía tengo guardado el papel de un Dos Corazones que una chica me dio alguna vez .

Estábamos en que no puedo escribirle algo dedicado a la mujer con la que estoy. Pero eso no es del todo cierto, puedo escribirle alguna carta, alguna nota en un alfajor, un dibujo dedicado o esas cosas, pero nada muy perdurable. Todo eso debe estar ya en un tacho de basura. O en varios.

Entonces ¿Que tiene que ver las mujeres con lo que escribo? Casi todo. Al igual que esta situación me anula para escribir, lo contrario saca lo mejor (de lo peor) de mi. Si por esas casualidades vuelvo a estar con ella y le leo lo que escribí cuando estábamos peleados soy capaz de hacerla llorar. En serio.

Pero también hay otra cosa, que es de lo que te quería hablar. Es de las mujeres imposibles, esas que me permiten escribir cualquier cosa, sin nada que me condicione o me limite. Esas que cuando se transforman en posibles hago lo imposible para que no, para que no pase nada, porque sé que después de pasar esa barrera no voy a poder escribirle nada más. Son como esos amores prohibidos para mí, no del tipo de mi maestra de 4º grado ni las novias de mis amigos. Si no del tipo de auto prohibición consciente. Porque sé que todo lo que puedo darle desaparecería si se vuelve real.

No sé si es una lista muy exacta o qué, pero es más o menos así. La primera, por lo menos que yo recuerde ( y sabés que tengo mala memoria) es la chica de los mandados, después creo que sigue mi novia del viaje de egresados de 7º grado, la vecina de enfrente, mi amor imposible de la secundaria, la profesora de educación física, y la chica que le presté mi campera una madrugada lluviosa y se fue sin que yo le diera un beso...después dos o tres más, pero que todavía no se bien que me pueden motivar a escribir. Las que no conocés de ahora(o algunas creo que si) son la rubia de la tienda de golosinas (Chocolate Jack y Fernet), la que atiende en “La Barbarie”, la chica misteriosa, la cantante de Profesor Bukowski (ex ahora, creo) y sobre todo, las chicas del 113: la pendeja de la mochila fosforescente, la punk-rocker(que tiene tatuado Hey, Ho, Let´s GO!” en el antebrazo), la “Demi Moore” cuando era joven, y ellas dos, por supuesto: la rubia y la morocha: La rubia es cajera en un supermercado y se llama Nicole (eso dice en su tarjeta) y la morocha, que decirte de ella... se baja en el mismo lugar que yo, todos los días para ir al gimnasio (creo que además trabaja ahí) y muchas veces es la razón por la que me levanto cada día para ir a trabajar. Hablando del trabajo, me olvidé de mencionar a las chicas de la farmacia... pero creo que con esto ya fue suficiente.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Ya son 20.

Hace unos años que los “10 de Rutina” quedaron lejos y ahora ya van por los 20. Sí, 20 de rutina. Podría pensar qué estoy haciendo cuando fumo para tratar de reducir esos innecesarios cigarrillos que fumamos no sé por qué. Todos aquellos que fumamos estamos de acuerdo de que los más placenteros son aquellos que se consumen después de comer, en una charla con amigos y después del amor, el deseo o el desenfreno. Y por qué no en una espera, o en una situación angustiante o cuando realmente estamos nerviosos. O estudiando, al lado del mate, el cigarrillo.
Pero los demás, los cigarrillos que fumamos cotidianamente aparte de aquellas típicas situaciones, ¿para qué fumamos los demás? Ya sé, es vicio. Pero es algo más. Y así como muchos cuando se aburren comen, otros en cambio fumamos. Claro que podría buscar pasatiempos más saludables para pasar el rato, pero no. Estoy aburrida y fumo. Por suerte no me aburro demasiado. Pero mi problema es que cuando estoy aburrida o sin nada por hacer pienso, y a veces exageradamente. Y claro, a nadie le gusta pensar demasiado, ya bastante tenemos con lo poco que pensamos. Y pensar, para mí (y para muchos) pensar es el disparador exacto de un cigarrillo. Cómo si nos aliviara la existencia. Como si ahogara o ahumara nuestros pensamientos más rebeldes. Es necesario. Esos pensamientos son devueltos a su cause natural como por arte de magia y una sensación de paz nos acalla el interior. Y por qué no, nos inducen a algo que a veces es productivo. Nos alivia el pensamiento y los vuelca a un papel… o a un blog. Por eso siempre me vivo preguntando cómo conviven con sus pensamientos aquellos que no fuman. Y hasta llego a pensar si son más fuertes que nosotros por aguantar esos juegos de palabras que inundan nuestras cabezas. Lo peor de todo es que todavía no obtuve una respuesta satisfactoria y la necesito, porque pensar tanto no es bueno, pero fumar, menos.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Sordo


Estuve cerca de una semana sordo. Sordo no, algo obstruía mis oidos reduciendo mi capacidad auditiva al minimo. Esto me trajo, por un lado, una increible paz ante la contaminacion acustica diaria. Por otro lado me di cuenta que no era que no escuchaba nada. Escuchaba otras cosas.
Mis oidos estaban tapados y no podia escuchar nada de lo que pasaba afuera, pero del oido hacia adentro escuchaba absolutamente todo. Y con una claridad sorprendente.
Asi me di cuenta de muchas cosas. Escuché mi corazón latir con mas fuerza cuando pensaba en vos, Sentí mi saliva pasar por la garganta el dia en que creí que iba a verte y percibí el aire pasar a toda velocidad hasta llegar amis pulmones el dia que me levanté y creí haber soñado con vos.
Ahora escucho bien o normal, mejor dicho. Ya pasó todo. Pero igual sigo sin escucharte. Lo que me puedas decir no tiene importancia. No voy a saber más de vos por lo que me quieras decir o lo que me quieras ocultar. Pero el escuchar mis latidos me hizo saber muchas más cosas de vos y de mí que todo lo que me puedas decir. A veces no basta con escuchar. También hay que saber escuchar lo que no viene de la cabeza, lo que no se piensa, porque ahi es donde no se puede mentir. Ni a uno mismo.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Empanadas de polenta

Más ordinario que empanada de polenta. Esa es la frase completa. Eso es lo que hay en la mesa. Empanada de polenta.Esa es la metáfora perfecta para describir todo lo que hace el Seba. Empanada de polenta. Más ordinario que empanada de polenta.

Sé que a primera vista puede no resultar muy alagador. Y se supone que debe ser, por que yo estoy de su lado definitivamente. Pero en cierta manera esconde algo bueno.

Primero: la frase es “más ordinario que empanada de polenta” o sea que la empanada de polenta está un escalón (sólo uno) más arriba que lo más ordinario del mundo.

Segundo: creo que más allá de lo ordinario o no hay un mensaje detrás de cada cosa que hace el Seba. Puede ser que se deba trabajar más en el diseño, pero la idea está y eso es lo que lo sostiene. SE puede adornar más o menos o mejor. Pero hay una idea atrás que no se sacrifica en pos de la elegancia o la estética. Y eso puede resultar ordinario. Pero con motivos bien claros.

Tercero: Quizás ya no quedan ideas originales en el mundo. O quedan muy pocas, y lo único que nos queda es esto: empanadas de polenta, el precio que hay que pagar por ser original. Claro que siempre podemos apelar a lo conocido y aceptado, el retro, el pastiche, el robo a mano armado, los terroristas de corbata, MTV, la estética rusa, el revaival, el homenaje, el rescate emotivo, el refrito y el choreo.

Cuarto: empanadas de polenta es un plato, metafóricamente hablando, que cualquiera puede comer, es popular, se entiende. Muchas veces hablamos del arte para los críticos de arte y colegas y el arte para todos. No veo a los diseñadores comiendo empanaditas de polenta en el MALBA (ni de copetín).

Quinto: la empanada es algo práctico, se come sin guarnición, ensalada o puré, sin cubiertos, una servilleta basta. No es un plato que necesite un plato, que necesite decoración, ni hojas de perejil ni nada. La parte de afuera es simple y lisa. No promete ni pide nada. Y lo que importa, lo escencial, como las ideas, no se ve.

Creo que eso es todo, pero es sólo el comienzo, ya vendrán tiempos peores, por ahora me alcanza con una empanada de polenta (un poco quemada, cierto, pero quien no?), un vino tinto de la casa, algo de sica y a comer, que la cena está servida...

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